Albert Ramdin asumió su cargo en una reunión extraordinaria de la sede del organismo en Washington; se refirió a "desafíos sin precedentes" y pidió "ser audaces y relevantes"
"No podemos ser pasivos, debemos ser audaces, relevantes y eficaces. La democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo no son solo nuestros pilares de trabajo. Son el motor de nuestro hemisferio", dijo Ramdin en una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, con sede en Washington.
"Enfrentamos desafíos sin precedentes, pero también oportunidades extraordinarias para transformar nuestro hemisferio con valentía, cooperación y convicción. Gracias a mis décadas de trabajo en las Américas, he visto lo mejor de nuestra región [...], pero, lamentablemente, también he visto la otra cara de la verdad: la dura realidad de la democracia amenazada. Con parlamentos y procesos electorales bajo presión, el aumento de la violencia y la inseguridad, la desigualdad y la discriminación", advirtió. "Los desafíos que enfrentamos requieren más que palabras. Exigen cooperación, valentía y acción", añadió el funcionario.
Se trata de empresarios vinculados a "La Rosadita", la financiera a través de la cual lavaron 55 millones de dólares. Ayer el máximo tribunal dejó firme las sentencias contra los involucrados en el caso de corrupción.
"Dadas las circunstancias actuales en el mundo y en nuestra propia región, diría que quizás necesitemos reimaginar y reflexionar sobre el propósito original y el contexto histórico de los nobles ideales que representa esta antigua organización regional. Esta reimaginación nos inspirará a recuperar lo que esta organización pretendía ser y a restaurar su prestigio", dijo Ramdin.
Al hacer referencia a sus principales objetivos en el primer año en el cargo, Ramdin dijo que desea centrarse en áreas claves para fortalecer la OEA. Allí mencionó que tendrá "un enfoque orientado a resultados y acción para atender las necesidades inmediatas y los acontecimientos políticos en muchos países, como Haití, y el seguimiento de la evolución en Venezuela y otros países donde pronto habrá elecciones", donde, señaló, el organismo "puede hacer una contribución significativa".
En la presentación del discurso de Ramdin, el presidente del Consejo Permanente de la OEA, el brasileño Benoni Belli, dijo este viernes que el diplomático surinamés para "buscar consensos" en un "momento crítico que vivimos en la organización", confió en que será un "factor de unión y diálogo" y que "inyectará nuevo ánimo" en la organización continental.
El miércoles pasado, Ramdin había participado de una recepción por el 25 de mayo en la residencia del representante permanente de la Argentina ante la OEA, que asumió el diplomático de carrera Carlos Cherniak, en remplazo de Sonia Cavallo, hija del exministro de Economía Domingo Cavallo.
Ramdin, de 67 años, había sido elegido el 10 de marzo pasado por aclamación para suceder al uruguayo Luis Almagro como nuevo secretario general de la OEA. Es la primera vez en la historia que un miembro de la comunidad de países del Caribe toma el mando del organismo.
Surinam, uno de los países más pequeños de América del Sur, había logrado imponer a su ministro de Relaciones Exteriores, ignoto para muchos en la región, por sobre la candidatura del canciller paraguayo, Rubén Ramírez Lezcano, de perfil conservador, quien cortejó sin éxito al mandatario norteamericano, Donald Trump.
Ramdin, con un perfil más dialoguista, ganó la puja pese a que nunca contó el respaldo tácito de la administración del líder republicano, además de provenir de un país que no cuenta con un peso significativo en la región. Su figura también había enfrentado resistencias los sectores conservadores por los vínculos de Surinam con China, cuya influencia en la región inquieta a Estados Unidos.
El respaldo de países como Brasil, Colombia, Bolivia, Chile, México y Uruguay, más el de comunidad de naciones del Caribe, fue crucial para impulsar su ascenso, además de una presunta decisión de Estados Unidos de desistir de sumar el peso de la Casa Blanca detrás de un candidato. En la carrera por liderar la OEA, Paraguay finalmente había retirado la candidatura de su canciller, que fue respaldado por la Argentina.
En su declaración inaugural, el lunes pasado, Ramdin había pedido reinventar "los llamados y los objetivos que crearon" este organismo multilateral, el cual quiere tornar en una entidad "más receptiva, inclusiva y eficaz", dijo.
"Debemos fomentar una colaboración más profunda entre los Estados miembros e involucrar activamente a todos los sectores de la sociedad: gobiernos, sociedad civil, comunidades indígenas, sector privado y, en especial, a nuestros jóvenes", apuntó Ramdin, que aseguró que se comprometerá a construir una OEA "más fuerte, más transparente y orientada a los resultados".
La mayoría de países que mostraron su respaldo a la elección de Ramdin destacaron su capacidad de lograr consensos tras las fuertes divisiones dentro de la OEA que surgieron durante los dos mandatos de Almagro, quien ha sido muy criticado por la izquierda regional por su alineamiento con Washington.
Sin embargo, la gestión de Ramdin en la OEA abre interrogantes sobre el futuro rol del organismo en América Latina, y el vínculo con el gobierno de Trump -en medio de la disputa con China por el avance del régimen en la región- y con los presidentes menos afines ideológicamente al excanciller surinamés.
El día que presentó su candidatura, Ramdin había declarado que "la única forma" de tratar la crisis en Venezuela es mediante un "diálogo" con el régimen de Nicolás Maduro. De hecho, en febrero pasado, el entonces canciller surinamés -que ocupó diferentes cargos en organizaciones internacionales como la ONU y la propia OEA- había recibido a su par venezolano, Yván Gil, para "estrechar lazos".
La OEA reúne a casi todos los países del hemisferio, y todos los miembros tienen la misma voz y un voto. El organismo se enfrenta a dificultades presupuestarias y dificultades de gestión sobre las distintas crisis democráticas del continente, como las de Venezuela, Nicaragua -que se retiró del organismo- y Cuba. La postura sobre el país gobernado por Maduro es uno de los temas que más dividen a la organización continental.
Fuente: La Nación