El Estado Mayor israelí aprobó un plan para intensificar su campaña militar en Gaza, que incluye la movilización de decenas de miles de reservistas y la expansión de operaciones terrestres en el norte y centro del territorio, según confirmó el teniente general Eyal Zamir.

La estrategia replicaría tácticas usadas en Rafah, con evacuaciones preventivas de civiles antes de los ataques.

El anuncio generó críticas inmediatas del Foro de Familias de Rehenes, que advirtió que "cualquier escalada pone en peligro inmediato" a los 59 cautivos restantes. El grupo recordó que la mayoría de israelíes prioriza su liberación, en contraste con la postura de Netanyahu, quien declaró que "derrotar a Hamás es más importante que rescatar rehenes".

Las negociaciones mediadas por Egipto y Catar permanecieron bloqueadas, con Netanyahu acusando a Doha de "jugar a dos bandos". Catar rechazó las acusaciones y cuestionó si las operaciones militares israelíes -que ya dejaron más de 50.000 muertos en Gaza- son el camino para liberar cautivos.

La ofensiva ampliada coincidió con el tercer mes de bloqueo total de ayuda humanitaria, denunciado por la comunidad internacional. Analistas sugieren que la movilización busca presionar a Hamás, aunque sin garantías de que esto acelere un acuerdo diplomático. Mientras, Netanyahu pospuso una visita oficial a Azerbaiyán, citando la "intensa agenda de seguridad" por los combate,

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