El presidente de Estados Unidos designó al ex legislador como nuevo embajador norteamericano ante la ONU
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves la destitución de su asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, tras un escándalo por una filtración de información sensible. Waltz, un excongresista republicano y veterano de combate, será el nuevo embajador de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El secretario de Estado, Marco Rubio, asumirá interinamente las funciones de asesor de Seguridad Nacional.
En un mensaje publicado en Truth Social, Trump elogió el trabajo de Waltz, afirmando que "ha trabajado duro para poner los intereses de nuestra nación en primer lugar" y expresó confianza en que continuará haciéndolo en su nuevo rol en la ONU. Sin embargo, la salida de Waltz se produce en medio de críticas por su manejo de información clasificada, especialmente tras el episodio conocido como "Signalgate".
En marzo, Waltz incluyó por error al editor de la revista The Atlantic en un chat privado donde se discutía un ataque militar planeado en Yemen. El incidente, que involucró el uso de aplicaciones no seguras como Signal y cuentas personales de Gmail para comunicaciones gubernamentales, desató duras críticas de demócratas y algunos republicanos. El senador Jack Reed, demócrata de Rhode Island, acusó a la administración de negligencia en la protección de datos sensibles.
La destitución de Waltz refleja una reestructuración en el círculo cercano de Trump, donde la lealtad ideológica y la alineación con la doctrina "Estados Unidos Primero" han ganado peso. Fuentes cercanas a la Casa Blanca señalan que Susie Wiles, jefa de gabinete, lideró la búsqueda de un reemplazo, mientras crecen las especulaciones sobre la influencia de sectores aislacionistas en el equipo del presidente.
Waltz, quien en su momento fue considerado una figura sólida en la administración, había perdido protagonismo en los últimos meses. Su respaldo a políticas belicistas, como la permanencia en Afganistán y el apoyo continuo a Ucrania, generó fricciones con la visión aislacionista de Trump, especialmente en un contexto de confrontación con países como Irán, China y Rusia.
El relevo de Waltz también estuvo acompañado por una purga en el Consejo de Seguridad Nacional (NSC), donde varios funcionarios fueron destituidos por supuestos vínculos con el neoconservadurismo o administraciones demócratas previas. La activista de extrema derecha Laura Loomer habría presionado para estas remociones, según informes. Además, persisten dudas sobre la continuidad de Alex Wong, adjunto de Waltz, cuestionado por su pasado en la campaña de Mitt Romney en 2012.
La salida de Waltz pone de relieve las tensiones internas en la administración Trump y el énfasis en consolidar un equipo alineado con sus prioridades de política exterior. Mientras Rubio asume el rol interino, la Casa Blanca enfrenta el desafío de definir el rumbo de su estrategia global en un entorno político cada vez más polarizado.