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Mientras continúa con su recuperación, el papa Francisco participó de la tradicional Misa de Pascua

El jefe de la Iglesia Católica estuvo en el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para la bendición Urbi et Orbi, luego de la homilía del Domingo de Resurrección.

Domingo, 20 de Abril de 2025

En plena recuperación de una neumonía bilateral, el papa Francisco participó este domingo de la Misa de Pascuas desde la Basílica de San Pedro y dio la tradicional bendición Urbi et Orbi ante una multitud de fieles. A sus 88 años, el pontífice apareció en silla de ruedas y sin cánulas de oxígeno, mientras continúa con su tratamiento médico.

Francisco no ofició la ceremonia principal del Domingo de Resurrección -que fue presidida por el cardenal Angelo Comastri- pero sí se hizo presente en el balcón de la logia central del templo, desde donde pronunció un breve "Feliz Pascua" y encargó la lectura de su mensaje pascual al maestro de ceremonias Diego Ravelli.

En su mensaje, el papa volvió a poner el foco en los conflictos armados y lanzó un fuerte reclamo por la paz en Medio Oriente. "Apelo a las partes beligerantes: que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se preste ayuda a la gente, que tiene hambre y que aspira a un futuro de paz", señaló en referencia a la crisis en Gaza, que calificó de "dramática e indigna".

El pontífice expresó también su cercanía con "el sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y al pueblo palestino". Además, pidió que "la luz de la paz" se irradie desde el Santo Sepulcro -donde este año la Pascua coincide en fecha para católicos y ortodoxos- hacia toda Tierra Santa.

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Francisco condenó además el aumento del antisemitismo a nivel global, el ataque a civiles desarmados y la destrucción de escuelas, hospitales y misiones humanitarias. "No podemos permitirnos olvidar que lo que está en la mira no es un mero objetivo, sino personas con un alma y una dignidad", advirtió.

El mensaje incluyó también un llamado a poner fin a la crisis en Yemen, que describió como "una de las peores crisis humanitarias prolongadas del mundo". En esa línea, subrayó que la paz global "no será posible sin un verdadero desarme", y pidió evitar "una carrera general al rearme".

Luego de la bendición, el papa sorprendió a los asistentes al recorrer la plaza de San Pedro en el papamóvil. A pesar de su estado de salud, saludó a los fieles y bendijo a algunos niños, escoltado por su equipo de seguridad.

Según estimaciones oficiales del Vaticano, unas 35.000 personas asistieron a la ceremonia del Domingo de Resurrección, uno de los momentos más significativos del calendario litúrgico cristiano.