En medio de la batalla bonaerense en el peronismo por el calendario electoral, el Gobernador y la expresidenta juegan sus cartas.
La interna del peronismo está lejos de apaciguarse. La batalla por la conducción tiene su versión pública, que se juega en la provincia de Buenos Aires y tiene como principal excusa el calendario electoral, y su versión privada, en la que se empieza a delinear y discutir el armado de las listas.
Todas las expresiones públicas de los referentes de cada espacio son leídas como actos simbólicos. Algo de sobre interpretación de los medios y mucho de realidad. En ese contexto se lee la foto que coronó la marcha por el Día del Trabajador organizada por la CGT y que mostró al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, rodeado por el brazo sindical del peronismo. Bajo esa misma tónica se escudriña el posteo de CFK en sus redes sociales abogando por la unidad.
En tiempos electorales toda foto y todo posteo tiene su meta mensaje. "En vísperas del Día del trabajador, nos reunimos con las tres centrales sindicales de la Argentina para evaluar las consecuencias del modelo económico de Milei que destruye la producción y el trabajo nacional", escribió Kicillof desde su cuenta de X y adjuntó la foto que CFK por ahora no puede conseguir.
La expresidenta, por su parte, aprovechó el Día del Trabajador para dejar en claro su postura sobre la unidad de cara a la disputa de modelos con La Libertad Avanza. "Este es un Día del Trabajador difícil para las grandes mayorías nacionales. A la pérdida histórica del poder adquisitivo de los salarios, que hoy se encuentra en los niveles del 2001, se suma la intención declarada del gobierno de Milei de seguir arrasando con los derechos conquistados por nuestro pueblo. En este contexto es más necesario que nunca mantenernos unidos en la defensa del derecho a una vida digna, con el trabajo como herramienta de progreso", escribió Cristina Kirchner.
CFK analiza en soledad. Kicillof muestra una evaluación colectiva. Diferencias sutiles pero evidentes. En el trasfondo se juegan los intereses en la provincia de Buenos Aires. Una guerra sorda que puede terminar por dañar la hegemonía del peronismo en la política de Buenos Aires.
El Gobernador ganó su primera batalla, y también la segunda. Desdobló las elecciones y suspendió las PASO. Todo en contra de la voluntad de CFK y de La Cámpora. Ahora habrá una disputa que está más alejada aún de los problemas cotidianos de los bonaerenses, los plazos legales para el cierre de listas.
Pero la disputa va allá. La unidad no es la duda, simplemente se trata de saber en qué términos se dará. ¿Quién conduce el peronismo? ¿Quién tiene la lapicera?
La interna del PJ tendrá un capítulo más a partir de la semana próxima. La batalla por los plazos legales de los cierres de lista será la nueva excusa. En el fondo, la discusión de siempre. El peronismo fuera del poder tratando de definir su liderazgo.
La discusión en sí misma pasará desapercibida para las mayorías, más preocupadas por la inflación y la inseguridad, pero volver a ser el punto central de una discusión política que puja por parir un nuevo liderazgo.