Las autoridades recuperaron valiosas piezas perdidas de la Flota de 1715, 11 barcos españoles cargados con un cuantioso botín de oro y plata que se hundieron en pleno viaje golpeados por un violento huracán
La costa de Florida, en la región conocida como Treasure Coast, es famosa por ser el escenario de numerosos naufragios históricos, particularmente el de la Flota de 1715. Este desastre marítimo, que ocurrió hace más de 300 años, dejó al descubierto una vasta cantidad de tesoros que continúan capturando la atención de cazadores de tesoros y autoridades por igual.
Recientemente, una nueva vuelta de tuerca en esta saga ha revelado el robo y la posterior recuperación de valiosas monedas de oro pertenecientes a esos naufragios, lo que ha provocado una investigación que ha puesto en evidencia las complejidades legales y los desafíos en la conservación de este rico patrimonio.
En 1715, una flota española compuesta por 11 barcos zarpó desde las costas de las Américas hacia España, cargada con un cuantioso botín de oro y plata traído de las colonias. El viaje, sin embargo, terminó en desastre cuando un huracán alcanzó la flota a principios de julio de ese mismo año, hundiendo casi todos los barcos frente a las costas de Florida, en un área conocida hoy como Treasure Coast.
Los naufragios de la Flota de 1715 dejaron una cantidad incalculable de tesoros que, hasta el día de hoy, siguen siendo recuperados por empresas especializadas en la salvamento de estos restos, aunque no sin controversia y complicaciones legales.
Los tesoros, que incluían oro, plata y joyas, fueron rápidamente sumidos en las aguas del Atlántico, y se convirtieron en una codiciada fuente de riqueza. Las autoridades estadounidenses han protegido históricamente estos naufragios, y muchos de ellos son ahora considerados sitios de gran valor arqueológico y cultural.
Casi una década después, salieron a la luz el resto de las monedas que faltaban y mantenían esta historia en suspenso
La historia más reciente de este tesoro comenzó en 2015, cuando la empresa Booty Salvage, gestionada por la familia Schmitt, contrató a buzos para explorar la zona de los naufragios. Durante sus operaciones, los buzos encontraron un total de 101 monedas de oro, que fueron recuperadas del sitio. Sin embargo, de manera sorprendente, solo 51 monedas fueron reportadas a las autoridades. Las restantes 50 monedas, en lugar de ser entregadas, fueron robadas, y su paradero quedó envuelto en el misterio por casi una década.
El robo fue finalmente desvelado cuando los investigadores comenzaron a rastrear la venta ilegal de algunas de estas monedas. A través de una exhaustiva investigación, se descubrió que Eric Schmitt, un miembro de la familia Schmitt, estaba implicado en la comercialización ilícita de estas piezas de oro.
El proceso de recuperación de las monedas robadas fue arduo, pero las autoridades lograron recuperar 37 monedas en diversas residencias privadas y cajas de seguridad, algunas de ellas vendidas a subastadores sin que estos supieran que las piezas eran robadas. Entre las monedas recuperadas se encontraba una de las más raras, una de 1709, que había sido subastada ilegalmente por alrededor de 50.000 dólares.
Los naufragios de la Flota de 1715 están protegidos por la ley. En Florida, es ilegal realizar excavaciones privadas en estos sitios sin la debida autorización de las autoridades competentes. Las leyes que protegen estos naufragios no solo buscan conservar el patrimonio cultural y arqueológico de la región, sino también asegurar que los tesoros recuperados sean tratados de acuerdo con los procedimientos legales establecidos, para evitar su saqueo o comercio ilegal.
La empresa 1715 Fleet-Queens Jewels, que tenía la concesión exclusiva para el salvamento de estos naufragios, se mostró conmocionada y decepcionada por el robo, y colaboró estrechamente con las autoridades en la investigación del caso. A pesar de las complicaciones derivadas del robo, la protección legal de los naufragios de la flota fue clave en la recuperación de las monedas y en la preservación de la integridad del sitio. La familia Schmitt había sido contratada por esta empresa como parte de un acuerdo formal para el salvamento, pero su actuación fuera de los límites legales abrió una grieta en la relación entre los cazadores de tesoros y las autoridades.
Las 37 monedas de oro recuperadas recientemente tienen un valor estimado superior al millón de dólares
Las 37 monedas de oro recuperadas recientemente tienen un valor estimado superior al millón de dólares. Fabricadas entre 1697 y 1712 en la casa de la moneda de Lima, las monedas representan una parte crucial del tesoro de la Flota de 1715. Entre ellas se encuentra una moneda rara de 1709, que había sido martillada por error con el sello de una moneda de plata, lo que la convierte en una pieza única. Esta moneda, antes de ser recuperada por las autoridades, había sido vendida ilegalmente por un precio cercano a los 50.000 dólares.
Este descubrimiento subraya no solo el valor material de los tesoros, sino también su relevancia histórica y cultural. Las monedas recuperadas son testigos de un pasado fascinante y de un comercio internacional que conectaba a Europa con las Américas. Al mismo tiempo, su recuperación ilustra cómo el mercado negro sigue siendo una amenaza para la conservación de estos bienes.
El futuro de la investigación está centrado en la recuperación de las 13 monedas restantes que aún están desaparecidas. Las autoridades de la Comisión de Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre de Florida (FWC) han expresado su compromiso de llevar ante la justicia a quienes participaron en el robo y la venta ilegal de las monedas. Eric Schmitt ya ha sido acusado de tráfico de bienes robados, y es probable que enfrente cargos adicionales por su implicación en el saqueo del patrimonio histórico.
Este caso resalta la importancia de respetar las leyes que protegen el patrimonio cultural y de llevar a cabo las investigaciones de manera ética y legal. Al mismo tiempo, pone de relieve la fragilidad de estos hallazgos y la necesidad de mantener un control riguroso sobre la excavación y el comercio de objetos encontrados en naufragios históricos. Los cazadores de tesoros deben ser conscientes de que el trabajo duro y la dedicación son esenciales, pero que siempre debe existir un respeto por la ley y por el valor que estos tesoros representan para la historia y la cultura.
La recuperación de monedas robadas de la Flota de 1715 en Florida no solo es un ejemplo de cómo el saqueo de tesoros históricos continúa siendo un problema, sino también una lección sobre la importancia de proteger estos sitios arqueológicos. Las investigaciones sobre el robo y la recuperación de las monedas subrayan los desafíos legales y éticos que enfrentan tanto las autoridades como los cazadores de tesoros en un contexto donde el valor histórico y económico de los hallazgos es tan alto. Mientras las autoridades continúan su labor para recuperar las últimas piezas y llevar a los responsables ante la justicia, este caso sirve como un recordatorio de que el pasado debe ser protegido con rigor y respeto, garantizando que los tesoros del pasado sigan siendo accesibles para las futuras generaciones.