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Mal momento de Carlos III en Australia: "Usted no es mi rey, dennos lo que nos robaron"

El viaje del rey Carlos III y la reina Camilla a Australia y Samoa se está convirtiendo en un esfuerzo mayor para un soberano enfermo de cáncer y una incomodidad diplomática, en un país que no lo quiere como jefe de estado y prefiere una república.


Lunes, 21 de Octubre de 2024

En su segunda actividad oficial desde que llegó al Parlamento de Canberra como rey y jefe de estado por primera vez en 60 años, la senadora aborigen independiente Lidia Thorpe esperó que terminara su discurso. Luego le gritó "No eres mi rey" y lo acusó de «cometer genocidio" contra los pueblos indígenas durante la colonización en el Comonwealth, que el rey preside.

Después de los discursos en el Parlamento por parte del Rey, el primer ministro australiano Anthony Albanese y el líder de la oposición Peter Dutton, la senadora Thorpe, que representa a Victoria, caminó por el pasillo del Gran Salón gritando en inglés: «Cometiste genocidio contra nuestro pueblo».

La senadora independiente de Victoria agregó: «Devuélvannos nuestra tierra. Dennos lo que nos robaron. Nuestros huesos, nuestros cráneos, nuestros bebés, nuestra gente. Destruyeron nuestra tierra. Dennos un tratado. Queremos un tratado».

Cuando los guardias de seguridad comenzaron a escoltarla, la senadora se animó más y continuó gritando: «Esta no es tu tierra. Esta no es tu tierra. No eres mi rey. No eres mi rey».

Luego publicó una caricatura del rey decapitado en Instagram, que fuera creada por Matt Chun, coeditor de la publicación antiimperialista The Sunday Paper.

Un viaje difícil e incómodo para el rey

Fue un momento interminable e incómodo para el rey, que ha frenado 11 días su tratamiento oncológico para visitar Australia y Samoa y asistir a una reunión del Comonwealth. Desde su llegada a Sidney se encontró con la resistencia de los gobernadores políticos, que no asistieron a su lluviosa llegada. Tampoco estaban presentes cuatro de ellos en el Parlamento de Canberra.

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El primer ministro Antony Albanese es un republicano. Lo recibió cándidamente, pero seguramente como el primero y último rey británico que va a visitar Australia con ese rango. Australia prefiere dar la vuelta la página a un jefe de estado que vive en Londres, es rey y los visita cada tanto. Consideran esta institución una reliquia colonial, una atracción turística. La transición está en sus manos, como en Nueva Zelanda.

La llegada del nuevo rey británico, que visitó el país durante 60 años como príncipe heredero y cursó parte del secundario en un remoto colegio australiano, no consiguió ni la majestuosidad real que imponía su madre, la reina Isabel II ni el glamour de la princesa Diana, a quien los australianos adoraban como una celebridad, ni la curiosidad de los jóvenes príncipes William y Kate, los príncipes de Gales y sus herederos.

Crisis de sobrevivencia

Charles y Camilla parecían dos jubilados VIP de viaje, que descansaron encerrados las primeras 24 horas para reponerse, visitaron el Jardín Botánico y vivieron en la Casa del Gobernador, el último vestigio imperial australiano. El sombrero de Camilla era otro signo de este desencuentro Royal entre el siglo XX y el XXI en la descontracturada Australia. La enfermedad del rey consiguió que los "aussies" republicanos no fueran maleducados y no protestaran demasiado públicamente. Pero dejaron claro que no quieren un rey en Londres de jefe de estado.

Con la muerte de Isabel II, el Commonwealth ha entrado en crisis de sobrevivencia. Será responsabilidad de los Royals y el gobierno británico resucitarlo y sobre todo, modernizarlo para desempolvarle las pretensiones imperiales.

El rey es el jefe de estado de 15 estados. Pocos apoyan esa idea. En la reunión del Commonwealth en la isla de Samoa, próxima escala de su gira, se lo harán sentir. Un "rebranding" de la última institución imperial es indispensable si quieren permanecer.

"No sos mi rey"

La senadora independiente Thorpe , de origen aborigen y con una larga historia militante, escuchó al rey, vestida con sus ropas indígenas en el Parlamento. Luego se plantó frente al palco gritando largamente. Exigió un tratado entre las Primeras Naciones de Australia y su gobierno. Nadie reaccionaba para frenarla y pudo hablar largo tiempo, antes de ser escoltada gentilmente fuera del salón del Parlamento.

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Charles y Camilla se enfrentaron a protestas discretas durante su gira por Australia. Los pro republicanos mostraron un poster con la palabra Descolonizar y otros celebraron tomando cerveza en un pub.

Pero la protesta furiosa y fuerte de una representante parlamentaria, con el rango de senadora, será visto como una vergüenza para Charles, que está haciendo su primera visita a Australia como Rey.

Otros legisladores consideraron a la senadora Thorpe como una «idiota aislada», que estaba siendo «irrespetuosa y grosera».

En declaraciones a Sky News, Thorpe declaró: «Tenemos nuestros huesos y cráneos todavía en su posesión, o en posesión de su familia. Queremos recuperarlos. Queremos recuperar nuestra tierra y queremos que vuestro rey asuma el liderazgo y se siente a la mesa y discuta un tratado con nosotros».

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El Palacio de Buckingham se negó a hacer comentarios sobre las reacciones de la senadora Thorpe. Pero las fuentes restaron importancia al único manifestante, diciendo que Sus Majestades estaban «profundamente conmovidos» por la calidez de la bienvenida que habían recibido durante todo el día.

El Rey y la Reina, que todavía estaban sentados en el escenario durante el enfrentamiento, parecieron no darse cuenta, cuando el Rey se volvió para hablar con el primer ministro y Camilla se volvió hacia su esposa.

Se los vio riéndose de los abucheos de la senadora. Estaban «impasibles» por la diatriba, que esperaban que no eclipsara lo que había sido un «día maravilloso».

Los aborígenes

Australia estaba habitada por los aborígenes cuando llegó la colonización británica. Los aborígenes australianos son los diversos pueblos indígenas del continente australiano y muchas de sus islas, excluyendo a los pueblos étnicamente distintos de las islas del estrecho de Torres. Migraron por primera vez a Australia hace al menos 65.000 años. Con el tiempo formaron hasta 500 grupos, basados ??en idiomas.

Un proyecto de investigación, que actualmente se encuentra en su octavo año y está dirigido por la profesora emérita e historiadora de la Universidad de Newcastle Lyndall Ryan, estima ahora que se perdieron más de 10.000 vidas de aborígenes e isleños del Estrecho de Torres, en más de 400 masacres, frente a una estimación anterior de 8.400 en 302 masacres durante la colonización británica.

En particular en las guerras fronterizas, hubo numerosas masacres deliberadas registradas y no registradas de aborígenes australianos por parte de colonos y de la policía estatal australiana y milicias.

Había entre 300.000 y 950.000 aborígenes viviendo en Australia cuando los británicos llegaron en 1788. En ese momento había aproximadamente 260 grupos lingüísticos distintos y 500 dialectos.

En el censo de 2021, los australianos indígenas comprendían el 3,8 % de la población de Australia. La mayoría de los aborígenes de hoy hablan inglés y viven en ciudades. Algunos pueden usar frases aborígenes.

En el Parlamento

Carlos, en una visita de cinco días a Australia con la reina Camila, se dirigió el lunes a los parlamentarios y senadores en el Gran Salón del Parlamento. Era un momento clave de su visita inaugural y corta a Australia como monarca.

Antes del discurso del rey, Albanese y el líder de la oposición, Peter Dutton, dieron la bienvenida a Charles y Camilla al Parlamento, agradeciéndoles por apoyar a los australianos en los buenos y malos momentos.

Albanese dijo que uno de los honores de su vida fue haber encabezado la delegación australiana que asistió a la coronación del rey. Elogió el compromiso del rey en temas como la crisis climática y la reconciliación.

"Han demostrado un gran respeto por los australianos, incluso en momentos en los que hemos debatido el futuro de nuestros propios acuerdos constitucionales y la naturaleza de nuestra relación con la corona", dijo Albanese. "Nada permanece inmóvil" aseguró.

El ex primer ministro Tony Abbott, que estuvo presente en el evento y es un monárquico declarado, expresó su consternación por la protesta, calificándola de «desafortunado exhibicionismo político».

El empresario Dick Smith, otro invitado a la recepción, dijo que la interrupción era una ilustración de la democracia australiana. «Esa es la parte maravillosa de nuestra democracia: que no la van a encarcelar», dijo.

El reclamo indígena

Más temprano el lunes, Thorpe emitió una declaración argumentando que Australia debería convertirse en una república y establecer un tratado con los pueblos de las Primeras Naciones como parte de ese proceso. Dijo que había «asuntos pendientes que debemos resolver antes de que este país pueda convertirse en una república».

Los pueblos indígenas han pedido un tratado o tratados entre los gobiernos de Australia y los pueblos de las Primeras Naciones desde el comienzo de la colonización, con un llamado renovado en la Declaración de Uluru desde el corazón de 2017, que exigía voz, tratado y decir la verdad.

La declaración fue el resultado de una larga serie de consultas realizadas por los pueblos indígenas en sus propias comunidades, en toda Australia. Propone la creación de una comisión especial para supervisar la realización de acuerdos. La declaración declara que la soberanía "nunca ha sido cedida ni extinguida, y coexiste con la soberanía de la Corona".

Existe un debate en curso sobre el efecto de tales tratados. Algunos gobiernos estatales y territoriales han iniciado sus propios procesos hacia los tratados, pero la cuestión no ha avanzado formalmente a nivel federal.