A la hora de elegir la tonalidad más adecuada para el dormitorio hemos de tener en cuenta que debe crear un ambiente sereno que ayude a descansar y a dormir profundamente. Por ello, no nos valen todos los colores, por mucho que nos gusten. El rojo, como el naranja o los rosas vivos, revitalizan y reducen la sensación de fatiga, algo que no nos interesa en esta habitación.

Estas son diez opciones que pueden interesarte:

1. Azul cielo

El azul es la mejor elección para pintar tu cuarto si querés alejarte de los tonos neutros. En una tonalidad suave, como el azul cielo, facilita el descanso y crea un ambiente sereno. Puede adquirir protagonismo en contraste con tonos neutros de las cortinas, alfombra o tapicerías. Podés combinar con una colcha de un azul más intenso.

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2. Azul aguamarina

Otra tonalidad que transmite tranquilidad y equilibrio y que es perfecta para un dormitorio. Si decidís poner color en las paredes, elegí el cabecero, las cortinas o la alfombra en tonos neutros que cedan todo el protagonismo a la pintura. Si mezclás demasiados colores el resultado puede ser el contrario del que buscamos, un ambiente estresante que no logre la serenidad necesaria.

3. Turquesa

Esta combinación de azul y verde es ideal porque crea ambientes muy frescos donde es fácil relajarse y descansar. Podés combinarlo con muebles blancos para que realcen las paredes.

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4. Un azul más intenso

Esta tonalidad más intensa dará una fuerte personalidad a tu cuarto sin que te quite el sueño por las noches. Sigue siendo un color relajante, perfecto para un dormitorio, pero con una intensidad que rejuvenecerá el espacio y le dará vida. Combinalo con muebles y complementos blancos para que el color de las paredes brille por encima del resto de elementos y sea su sello de identidad.

5. Ocre

Conseguirás un ambiente cálido y a la vez relajante. Es perfecto para dormitorios con cierto aire rústico y para combinarlo, por ejemplo, con un suelo, unas ventanas y un techo de vigas, todo de madera, según detalla el portal Listísima.

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6. Beige

Los tonos naturales son siempre una apuesta segura, ya que son fáciles de combinar con todo tipo de mobiliario, aportan calidez y son atemporales. Tiene la ventaja de que no te cansarás de él y no se quedará anticuado cuando cambien las modas decorativas. Es un color elegante y dentro de la gama de los tonos neutros tiene la intensidad justa para dar color a las paredes sin romper la armonía del conjunto.

7. Un tono neutro muy cálido

Dentro de los tonos neutros hay una amplia gama de colores llenos de matices. No es lo mismo elegir un blanco puro, más frío, que un tono arena, que aporta calidez y permite muchas combinaciones con los muebles y los complementos. Además, multiplican la luz y son perfectos para cuartos pequeños porque amplían visualmente el espacio.

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8. Crema

Si queremos destacar algo de tu habitación, lo mejor es elegir para las paredes un color neutro que no acapare el protagonismo. Los crema forman parte de esos tonos naturales fáciles de combinar que hacen el dormitorio más acogedor.

9. Destacar una pared

Una alternativa es destacar una pared con un color más intenso que el resto, dándole un toque de color más sutil al dormitorio, manteniendo el resto de paredes de una tonalidad neutra que no nos cansará con el paso del tiempo. Para la pared que quieras destacar elegí un tono intenso, pero siempre dentro de la gama de los colores que se consideran relajantes como el azul, los tonos neutros o los verdes suaves.

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10. Gris oscuro

En dormitorio modernos quedan bien los colores oscuros, sobre todo los que están dentro de la gama de los grises. Son colores elegantes que pueden funcionar, pero que solo se recomiendan en dormitorios amplios, porque pueden empequeñecer el espacio, y con mucha luz natural. Si tu cuarto cumple estos dos requisitos podés arriesgarte con un gris intenso y reservarlo solo para la pared del cabecero. Combinalo con una ropa de cama y unos complementos que aporten calidez y luminosidad.