En busca de la verdad
En busca de la verdad
La actriz, radicada en Los Ángeles, California, retornó al país para un motivo más que especial.
Eva De Dominici realizó un viaje en familia a Puerto Iguazú, Misiones. La rodea el verde húmedo, espeso, casi irreal. Lo hizo acompañada de Camila, su hermana menor y Ñata, su abuela. Recorrieron y visitaron varios puntos atractivos de la ciudad turística, como la Garganta del Diablo.
"Nunca había estado en un lugar tan poderoso", escribió la actriz desde su cuenta, como si se le hubiese revelado un dios escondido entre las aguas. No hablaba de Los Ángeles, donde reside hace años y donde 2024 la coronó con estrenos internacionales y portadas en revistas de renombre. Hablaba de Iguazú, de Misiones, de la Argentina. De un viaje que fue más celebración que turismo: el cumpleaños de su abuela.
Las imágenes lo cuentan todo sin necesidad de palabras. Aparece Ñata soplando las velitas. Hay sonrisas bajo un chubasco tropical, selfies frente a los saltos que revientan contra la piedra. Y sobre todo, hay una sensación: la de un reencuentro. Con la tierra, con los afectos, con lo esencial.
Las Cataratas del Iguazú, declaradas en 2011 como una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo y protegidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, no necesitan artificios. Basta con estar ahí para entender por qué Eva las llama "poderosas".
Camila, también radicada en Estados Unidos, regresó junto a su hermana para este viaje. Las dos se fundieron en un ritual que ya no ocurre tan seguido. "Viva la familia, los amigos y Argentina que raja la tierra", escribió Eva, como una proclama, como un suspiro, como un anhelo que persiste pese a la distancia.
El 2025 la encuentra luminosa a Eva de Dominici, con proyectos por delante y el nombre ya bien ganado en la industria internacional. Pero también la encuentra así: en ojotas, con el pelo mojado por la bruma de Iguazú, riendo con su abuela.
"Vuelvo al sur, como se vuelve siempre al amor", escribió citando el tango de Astor Piazzolla y Pino Solanas, mientras recorría las calles de Villa Fiorito. Y en esa frase hay algo de manifiesto, de testamento emocional.
Gozando del trabajo y las oportunidades que tiene desde que se radicó en California, Eva no desaprovechó la ocasión de volver a la Argentina. Realizar un pequeño viaje familiar, reencontrarse con sus seres queridos y recargarse de energías para un 2025 que estará repleto de nuevas oportunidades para la actriz argentina, de llegada internacional.
Varios internautas advirtieron la metamorfosis progresiva en el estilismo de la actriz y se lo hicieron saber en su último posteo en redes.
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