La serie de la vida de la artista generó que muchos supieran algunas de las polémicas que tuvo que vivir en su vida.
Cris Miró fue una figura revolucionaria en el mundo del espectáculo argentino durante los años 90, y su impacto sigue siendo relevante hasta el día de hoy. La serie Ella, dirigida por Martín Vatenberg y Javier Van de Couter, basada en el libro Hembra de Carlos Sanzol, explora su vida y su meteórico ascenso a la fama. La ficción se centra en sus primeros pasos profesionales, omitiendo detalles superfluos de su infancia y adolescencia, para resaltar cómo se convirtió en una de las artistas más disruptivas de su época.
Una de las interrogantes que surge del relato de Cris Miró es quién fue la vedette que se rehusó a trabajar con ella. En Hembra, se menciona una crítica publicada en la revista Noticias el 19 de febrero de 1995, donde el periodista especializado en teatro Ernesto Schoo fue muy crítico con el espectáculo revisteril en el que actuaba Cris. Schoo no mencionó a Cris en absoluto, pero dedicó grandes elogios a otra vedette, Cecilia Narova, describiéndola como "bellísima, baila bien, y refulge como una estrella. Allá lejos".
A pesar de los intentos de Schoo por destacar a Narova, ella fue la primera en abandonar la revista. Según el libro de Sanzol, la atención creciente que Cris recibía de la prensa fue una de las razones detrás de la renuncia de Narova. "Más de 20 años después de la renuncia de Narova, solo quedan especulaciones, como las que hace Jorgelina Belardo: Si sos la protagonista de un espectáculo, en el que hay una figura que está puesta un minuto y medio y que llama la atención de toda la prensa, tenés que ser un ser muy espiritual para decir ‘Yo cedo’. De hecho, Narova renuncia, se va del espectáculo".
Además, Juanito Belmonte, representante de Cris, comentó: "Cecilia Narova se peleó con Lino Patalano porque el lugar de la primera vedette lo pasó a ocupar Cris". Esta situación refleja la tensión y los celos profesionales que generaba la presencia de Cris en la escena. Gustavo Moro, compañero de Cris, también mencionó que Narova no se sentía cuidada y que la producción del espectáculo no prestaba la atención necesaria a sus necesidades técnicas, lo que contribuyó a su decisión de abandonar el show.
El impacto de Cris Miró no solo se limitó a su capacidad artística, sino que también tuvo un profundo efecto en el activismo LGBTIQ+. Descrita por Juanito Belmonte como la "vedette que causaba sensación", Cris eclipsaba a otras figuras de la época y su presencia movilizó y provocó cambios significativos en favor de la inclusión y la igualdad de oportunidades.