Cada 27 de agosto, fecha del aniversario del fallecimiento del venerable siervo de Dios Enrique Shaw, fue declarado el día de comunidad empresarial. María Elena Critto es una de las nietas de Enrique Shaw y opina en MDZ sobre este buen logro conseguido.
Es una gran noticia la ley sancionada hace poco, del día de la Comunidad Empresarial será el 27 de agosto, en memoria del fallecimiento del venerable Enrique Shaw, mi abuelo. Bueno, un poco este es un llamado también a la santidad, a todos y especialmente a los empresarios y es un reconocimiento también a ese rol del empresario y de la comunidad empresarial, que la comunidad de vida que forman las empresas y que es tan importante para todas las personas, la dignidad del trabajo.
Así que bueno, me preguntabas un poco también como familia, la verdad que es una bendición totalmente inmerecida y por otra parte es un llamado a todos, a todos los argentinos y a todo el mundo que se puede ser santo en medio del mundo, en medio de las dificultades, en medio de las grietas, en medio de los conflictos, con una unión muy fuerte con Dios, con mucho amor a todos los que están a nuestro alrededor
Este es un testimonio que como dice Monseñor Oliveira, obispo Castrense, que estas causas de santidad es para promover la santidad, no para promover los santos. Entonces acá lo que es un llamado que lo tenemos todos de Dios que nos ama con todo su corazón y que nos está esperando que respondamos a ese amor amando así que bueno es un poquito ese llamado que tenemos todos y que nos damos cuenta que humanamente es imposible, pero si ponemos nuestro yugo y confiamos en ese trabajo en Dios, para Dios no hay nada imposible.
Es posible ser cristiano con valores en medio del mundo, que se nos presentan muchísimas dificultades a todos, que nos sentimos a veces que falta un largo camino, pero que nos agarremos de Dios, que Enrique se pudo agarrar de Dios y él encima se propuso ser santo y se propuso ser santo en medio de la empresa desarrollando todo ese amor de Dios, esos valores cristianos en la empresa. Y cómo esa unión con Dios, la lectura del evangelio, la oración, los sacramentos, los sostuvieron en ese camino de unidad y de amor y creo que esa es la clave, aunque todos nos sintamos y somos tan humanos y estamos tan lejos que es confiar también en Dios y poner todo en las manos de Dios.
Enrique Shaw, mi abuelo, fue desarrollando una relación con Dios y como él iba viendo como en las distintas dimensiones de la empresa y del trabajo, él iba encontrando a Dios, iba dando gloria a Dios, iba llevando el reino de Dios a los demás y también iba haciendo posible esas bienaventuranzas y la parábola de los talentos, iba viviendo en cada momento.
Esa unión con Dios que finalmente es lo que hoy todos los testimonios nos hablan sobre él.
* María Elena Critto, profesora Asistente de la Facultad de Ciencias Médicas en Pontificia Universidad Católica Argentina y nieta de Enrique Shaw.mdz