Luego de los anuncios sobre la nueva fase del programa monetario, el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Santiago Bausili, confirmó que el Tesoro Nacional adquirió este lunes más de US$300 millones para reforzar las reservas internacionales.

Durante una conferencia de prensa, el titular de la autoridad monetaria precisó que la compra ascendió a US$320 millones y se realizó bajo la modalidad "en bloque", con el objetivo de evitar distorsiones en el mercado de cambios. "El volumen en el mercado fue de US$300 millones. Si esa oferta de US$320 millones que absorbió el Tesoro hubiese ido al mercado, probablemente habría afectado la estabilidad y el buen funcionamiento. Ese es el criterio general", explicó.

La operación, encabezada por el organismo que conduce el ministro de Economía, Luis Caputo, se produjo a pocas semanas de un importante vencimiento de deuda externa por US$4200 millones, previsto para el 9 de enero de 2026. En ese contexto, el equipo económico mantiene negociaciones con bancos internacionales para cerrar un acuerdo de repo -un préstamo garantizado con bonos- por hasta US$6000 millones.

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Desde enero de 2026, el tipo de cambio se moverá dentro de bandas que se actualizarán según la inflación. La medida apunta a fortalecer la estabilidad monetaria y mejorar la acumulación de reservas.

En paralelo, el Gobierno avanza en la adquisición de divisas con el objetivo de fortalecer las reservas y llegar con mayor respaldo al cumplimiento de los compromisos con acreedores externos. Estas acciones se conocen luego de que el BCRA anunciara una recalibración de su política monetaria y cambiaria para 2026.

Entre las principales medidas, la autoridad monetaria confirmó que desde enero del próximo año las bandas de flotación del dólar se actualizarán mensualmente en función de la inflación, y adelantó la puesta en marcha de un programa específico para incrementar el nivel de reservas internacionales.

Según detalló el BCRA, el plan de acumulación de reservas comenzará el 1° de enero de 2026 y estará sustentado en dos variables centrales: la evolución de la demanda de dinero y la liquidez del mercado cambiario. La estrategia busca acompañar el proceso de normalización monetaria sin generar desequilibrios en el frente cambiario.

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Lo escribió en X la vocera del organismo, Julie Kozack. El nuevo régimen comenzará a regir desde enero de 2026 y se actualizará cada mes con el índice de inflación.

En ese marco, el escenario base de remonetización proyectado por el organismo prevé un aumento de la base monetaria desde el 4,2% actual hasta el 4,8% del PBI hacia diciembre de 2026. De acuerdo con las estimaciones oficiales, ese crecimiento podría ser cubierto mediante la compra de hasta US$10.000 millones.

Incluso, el Central señaló que un incremento adicional de la demanda de dinero equivalente al 1% del PBI permitiría elevar las compras de divisas hasta US$17.000 millones, siempre condicionado a la disponibilidad de flujos de la balanza de pagos y sin generar presiones inflacionarias sobre la economía.