Los operadores del mercado prevén tranquilidad cambiaria por una suma de factores, aunque advierten que después la dinámica puede cambiar.
La baja de retenciones a las exportaciones del agro añade otro granito de arena a la paz cambiaria. En el mercado estiman que la medida, al tratarse de un recorte de pocos puntos (en la soja, bajará de 26% a 24%), tendrá un efecto muy moderado sobre la oferta de divisas y, por consiguiente, sobre el tipo de cambio, pero se suma a los factores que hacen prever tranquilidad cambiaria para las próximas semanas.
De hecho, los contratos de dólar futuro registraron otra caída generalizada tras el anuncio de la medida. Las bajas diarias se extendieron hasta 0,5% en el caso de los que vencen a partir de mediados del próximo año, meses en los que el tipo de cambio se negocia entre $1.631 y $1.897. Para el cierre de este año, lo hacen a $1.450, apenas por encima del tipo de cambio oficial en el segmento mayorista ($1.442).
En el mercado estiman que el "veranito" cambiario se extenderá, por lo menos, durante diciembre: jugarán a favor el aumento estacional en la demanda de pesos, las liquidaciones extraordinarias de dólares por parte de empresas y provincias que emitieron títulos de deuda en moneda extranjera y el ingreso de la cosecha fina del agro, que esta vez promete muy buenos números.
A partir de la segunda mitad de enero debería caer la estacionalidad en la demanda de pesos y posiblemente aumentar la demanda de divisas. Por lo menos, es el comportamiento habitual de cada año. Sin embargo, en el mercado afirman que esta vez el aumento de la demanda de dólares podría ser parcialmente compensado por la oferta extraordinaria por parte de empresas y provincias, en un contexto en el que el optimismo inversor se mantiene firme.
Comprar dólares, poco atractivo para el mercado
Los analistas de Clave Bursátil sugieren no comprar dólares en este momento. Afirman que "la dinámica cambiaria de diciembre se perfila claramente bajista", impulsada por una conjunción de factores estacionales y estructurales que favorecen la apreciación del peso. Uno de ellos, la cosecha fina (trigo), que vendrá con cifras récord (proyectada en 25,5 millones de toneladas, un salto de 37% interanual) y aportará un buen flujo de divisas en el mercado de cambios.
Además, destacan, el sector privado "aún está hiperdolarizado" tras la fuerte demanda preelectoral, por lo que una parte podría desarmarse debido a la necesidad de liquidez en moneda local. Al mismo tiempo, en diciembre se da el pico de demanda estacional de pesos por pagos de aguinaldos y consumos de fin de año, lo que juega a favor de la calma cambiaria.
"A esto se suma un anuncio clave del Gobierno: la baja permanente de retenciones a la soja, del 26% al 24% (y subproductos al 22,5%), efectiva desde este martes, medida que responde al clamor del sector agro por mayor competitividad. La medida, junto con la óptima reserva hídrica en suelos de la zona núcleo (gracias a lluvias abundantes pero controladas, sin inundaciones mayores), presagia una campaña gruesa estelar en el segundo trimestre de 2026", resaltan.
Por lo tanto, sostiene que "comprar dólares a precios actuales no resulta atractivo": el margen alcista es exiguo, con el oficial mayorista a solo 5% del techo de la banda y un contexto que no favorece una suba sostenida del tipo de cambio. Pero aclaran que desde la segunda mitad de enero, cuando caiga la estacionalidad del peso, hasta mediados de marzo, cuando ingrese la cosecha gruesa, podrían surgir presiones cambiarias moderadas, aunque "nada alarmante que altere el panorama general".
El economista Gustavo Ber agrega que si bien es cierto que a partir de mediados de enero habitualmente cae la estacionalidad del peso y se reactiva la presión sobre el tipo de cambio, "en la medida en que la mayor demanda vaya acompañada de mayor oferta, no debería generar más que un gradual reacomodamiento de la cotización, en caso de que se mantengan las favorables expectativas en el mercado financiero".
Impacto moderado, pero ayuda al dólar
Santiago López Alfaro, director de Patente de Valores, afirma que la baja de retenciones "algo ayuda" a extender la estabilidad cambiaria, pero resalta que este escenario debería estar sostenido no tanto por las liquidaciones de los exportadores, sino por un incremento en el ingreso de dólares para inversión extranjera directa y flujos de operaciones financieras, como las emisiones de deuda corporativa y provincial que se desataron en las últimas semanas.
"En principio, la medida no tendría un efecto muy fuerte ni sobre los precios locales ni sobre el ingreso de divisas. La baja de los derechos de exportación ajusta al alza la capacidad teórica de pago: unos u$s8 en soja, u$s4 en trigo, u$s4 en girasol y u$s2 en maíz y sorgo", detalla la analista Mariela Brandolin.
Sin embargo, de acuerdo con Brandolin, "como la mayoría de los compradores ya estaban pagando valores por encima de esa capacidad teórica (excepto en trigo), es poco probable que aparezca un impulso extra en las ventas". Incluso, en el caso de la soja, que debería ser la más favorecida, "es difícil esperar un cambio significativo porque el mercado ya venía muy activo en los meses previos".
Andrés Reschini, director de F2 Soluciones Financieras, agrega que la medida puede incentivar una mayor liquidación de divisas en el corto plazo, pero desestima que genere un impacto de gran magnitud sobre el tipo de cambio. Sobre todo, teniendo en cuenta que el Gobierno necesita comprar divisas para reforzar las reservas y estima que probablemente esté apuntando más a una estabilidad que a un peso mucho más fuerte.

El ministro Caputo blanqueó que quiere pagar menos del 9% anual. En la City creen que habrá una fuerte demanda y eso ayudaría al Gobierno.