Economía & Negocios Dato a nivel país 

Según la UCA, la pobreza bajó al 36,3% en el tercer trimestre

La pobreza medida por ingresos bajó al 36,6% en el tercer trimestre de este año, tras haber alcanzado en igual período de 2024 el 45,6%.

Jueves, 4 de Diciembre de 2025

Más allá de la estabilidad macroeconómica, la pobreza en la Argentina se ubicó en 36,3% al cierre del tercer trimestre, mientras que la indigencia afectó al 6,8%, según el último informe del Observatorio de la Deuda Social (ODSA) que elabora la Universidad Católica Argentina (UCA) en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Si bien se observa una baja respecto al tercer trimestre de 2024 (45,6%y 11,2%, respectivamente, su valor más alto desde 2005), la estabilización todavía no se traduce en mejoras reales en el bienestar.

La fotografía que deja el 2024 es la de una sociedad que respira un poco mejor que hace un año, pero que sigue atrapada en un mapa de precariedades que no cede. Un orden social partido, una estructura productiva que no absorbe y un conjunto de hogares para los que la recuperación sigue siendo una promesa de segundo orden.

Milei prepara decreto para habilitar sesiones extraordinarias en el Congreso

Argentina

El Presidente oficializará el llamado para que el Parlamento trate el Presupuesto junto con las reformas laboral y penal y la iniciativa que modifica la Ley de Glaciares. El martes se formalizará la publicación en el Boletín Oficial.



El documento, "Estrés y bienestar en una Argentina en transición" de la UCA, muestra que la Argentina transitó un proceso de "ajuste más normalización", pero no un proceso de desarrollo. Eso se traduce en una paradoja: bajó la inflación, se ordenaron precios relativos, se redujo la nominalidad y el Estado recuperó capacidad fiscal, pero la cotidianeidad de millones de hogares sigue marcada por ingresos insuficientes, menor calidad laboral, inseguridad alimentaria persistente y un nivel de malestar subjetivo que no encuentra piso.

Desde la UCA se advierte que la caída que se ve en los números oficiales está inflada por cambios en la captación de ingresos de la EPH. Sin esa corrección, la baja sería considerablemente menor.

En esa línea, se observa que la pobreza se toma por ingresos, pero las canastas son en base a consumos de 2003-2004, ya que aún no se actualizó en base a la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2017-2018. "Al mismo tiempo, una ponderación actualizada modificaría la evolución de la pobreza, ya que capturaría mejor el impacto del encarecimiento de los servicios desde la segunda mitad de 2024. En otros términos, con una canasta más actualizada, la pobreza habría aumentado menos tras la devaluación de diciembre de 2023, pero también habría mostrado una reducción más lenta en los trimestres posteriores", destacan.

El informe reconstruye, además, el desgaste acumulado durante más de una década. La salida del modelo que dominó la posconvertibilidad -y que terminó exhausto en sus fundamentos- abrió paso a un esquema que apuesta a sectores de alta productividad y baja demanda de trabajo. Esa arquitectura puede ordenar las cuentas, pero no garantiza inclusión. Y, sin políticas que acompañen la transición, corre el riesgo de profundizar la fractura entre integrados, vulnerables y excluidos.

En el mercado laboral se identifica el corazón del problema. La mejora en la inflación no alcanzó para recomponer salarios reales, ni mucho menos para frenar el deterioro de la calidad del empleo. Actualmente el 33,1% de los hogares se encuentran fuera de la afiliación al sistema de seguridad social.

"Entre 2023 y 2025 el déficit permanece alto y tiende a ser más intenso entre los hogares más vulnerables. La mejora reciente en ingresos no se traduce en mayor cobertura contributiva; los estratos bajo y muy bajo continúan en los niveles más elevados de la serie", subrayan.

Fuente: Ámbito