Luego de la licitación del Gobierno para absorber casi $8 billones, el mercado pone el ojo en el tipo de cambio, las tasas altas y el ruido político
El Gobierno logró una victoria esta semana al refinanciar casi $7,7 billones en títulos de deuda, evitando la inyección de pesos al mercado que podría presionar al alza el precio del dólar. Sin embargo, analistas de la City advierten que esta condición, aunque necesaria para una "pax cambiaria", podría no ser suficiente ante las tensiones existentes.
La absorción de pesos se logró a un alto costo, con bancos obligados a adquirir deuda pública debido a encajes cada vez más altos y el Gobierno convalidando una TNA máxima del 76%, equivalente a un 6,2% mensual, triplicando la inflación.
A pesar de este escenario favorable al peso, el dólar mantiene una tendencia alcista, con un aumento del 3,8% desde el 14 de agosto, acercándose a la banda superior de flotación establecida por el Banco Central. La presión persiste a pesar de las elevadas tasas de interés, lo que preocupa al mercado.
Esta tensión se alimenta del ruido político generado por acusaciones de corrupción y la incertidumbre electoral. Isaías Marini, economista de ONE618, señala que los factores políticos pesan más que los económicos, ya que, a pesar de las subidas de encajes y tasas, el tipo de cambio subió un 6% en el último mes.
El mercado anticipa que el precio del dólar continuará subiendo en los próximos meses. El mercado de futuros negocia el dólar a $1.415 para fines de septiembre y a $1.474 para fines de octubre. Las operaciones para noviembre, después de las elecciones legislativas, se dispararon, con un tipo de cambio mayorista esperado de $1.511. Analistas sugieren intervención oficial en el mercado de futuros para controlar el precio del dólar.
Para diciembre, los futuros se negocian a $1.549, lo que implica una devaluación del 50% para todo 2025, superando la inflación prevista.
Expertos señalan que, si bien la absorción de pesos puede generar una pausa cambiaria, factores como el riesgo país elevado (850 puntos básicos) mantienen el peligro de nuevas escaladas. Se espera que el Banco Central y Finanzas prioricen la estabilidad cambiaria en estos meses preelectorales.
Fernando Baer, economista de Quantum, considera que el tipo de cambio podría dejar de presionar, pero advierte sobre las tasas en pesos "muy altas, más de lo esperado", cuyo objetivo es forzar la estabilidad a corto plazo "a cualquier costo".
Esteban Castro, CEO de Inv.est, coincide en que la licitación ayuda a contener la presión sobre el dólar a corto plazo, pero advierte que controlar el dólar con tasas entre 60% y 75% anual, con una inflación proyectada del 30%, no es sostenible a largo plazo.
Pablo Repetto, jefe de Research en Aurum, destaca la importancia de prestar atención al "afán dolarizador de la gente, en la volatilidad de la tasa de interés, en los problemas que se están viendo en la curva de pesos y demás cuestiones que todavía no están resueltas".
A pesar de estas tensiones, el consenso es que el Gobierno buscará controlar las variables para evitar turbulencias cambiarias antes de las elecciones.
Jorge Colina, economista de IDESA, señala que el dólar no subirá ni bajará debido a la presión por mantenerlo estable y las tasas reales atractivas de los bonos a corto plazo.
Nahuel Bernues, asesor financiero de Quaestus, opina que tasas por encima del 5% mensual desincentivan la dolarización, y no prevé un dólar por encima de $1.400, salvo una catástrofe.
Mauro Cognetta, analista financiero de Global Focus, cree que el Gobierno intervendrá para evitar que el dólar alcance un techo real, anticipando volatilidad pero estabilidad en los valores actuales, con tasas altas e intervención oficial.
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Es un estudio de la consultora Opina Argentina. Preguntó por las legislativas nacionales del 26 de octubre. La pelea para la Cámara de senadores y para diputados.