Con el fin de la eliminación temporal de las retenciones, se prevé un incremento en la liquidación del agro. Sin embargo, los privados advierten por el atraso cambiario y creen que habrá presión alcista cerca de las elecciones.
El tipo de cambio mayorista cerró la semana con una baja de $20 y quedó en $1162, en medio de un contexto de mayor oferta de divisas, influido por factores estacionales del agro y movimientos financieros del sector energético.
Tras tocar los $1142,50 el miércoles, el dólar mayorista repuntó levemente el jueves -feriado en los Estados Unidos- y cerró la semana en $1162. Por su parte, el dólar minorista finalizó en $1180 en Banco Nación. En el mercado financiero, también se observaron caídas: el dólar MEP bajó $17 y cerró en $1174, mientras que el contado con liquidación cayó $48, cerrando en $1157,71 según datos de Rava Bursátil.
El movimiento semanal fue explicado principalmente por el incremento en la liquidación de divisas del sector agroexportador, que se anticipa al fin de la rebaja temporal de retenciones que vence el 30 de junio. A partir del 1° de julio, volverán a subir las alícuotas para productos de la cosecha gruesa, lo que impulsa a productores y exportadores a adelantar operaciones.
"La próxima semana será la última plena de junio y todo parece indicar que los ingresos del sector agroexportador serán algo más intensos dada la inminente finalización de la rebaja de retenciones", señaló el operador Gustavo Quintana (PR Corredores de Cambio).
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) coincidieron: "Es posible que en estos días se acelere la comercialización entre productores y exportadores y, por ende, también la liquidación de divisas".
Además, desde la consultora Outlier mencionaron que hubo versiones de ingresos adicionales de dólares por parte de petroleras que operan en Vaca Muerta, producto de la liquidación de financiamiento externo. Aunque no fue confirmado oficialmente, se especula con que pueda seguir aportando oferta en el mercado cambiario.
El mayor ingreso de divisas podría ayudar al Banco Central a sostener la estabilidad cambiaria en la recta final del primer semestre. La evolución de las próximas ruedas estará marcada por la dinámica de liquidaciones del agro, las condiciones externas y el volumen de operaciones, en un mercado que sigue atento al cronograma de política fiscal y monetaria del Gobierno.