Con la inflación que promete perforar el 2% mensual, generando margen para que el BCRA recorte la tasa de referencia, los plazos fijos perderían atractivo
La inflación viene bajando en Argentina, lo cual representa un alivio para los consumidores, pero plantea un desafío para quienes acostumbran a ahorrar en plazos fijos. Las estimaciones de las consultoras privadas para mayo indican una inflación mensual cercana al 1,8%, lo que se traduce, aproximadamente, en un 23,9% anualizado.
En la Ciudad de Buenos Aires ya se confirmó que fue de 1,6% en mayo, lo que marcó una desaceleración respecto al 2,3% que se registró en abril. Se trató, además, de la variación mensual más baja desde junio del 2020, cuando el índice porteño marcó 1,4%, según datos del INDEC.
Este escenario brinda cierto margen al Banco Central (BCRA) para bajar la tasa de interés de referencia, actualmente en 29% TNA, llegando a generar así una posible merma en los rendimientos de los plazos fijos tradicionales.
El contador Roberto Fiochi había sido designado hace siete meses por el ministro de Defensa, Luis Petri; recortes en las prestaciones y una profunda crisis
Plazo fijo: ¿qué puede pasar con su rendimiento?
Cuando la inflación disminuye, el Banco Central suele reducir su tasa de referencia para bajar la nominalidad de la economía, fomentar el crédito y el consumo. Sin embargo, esta medida puede llegar a tener consecuencias directas sobre los plazos fijos: al bajar las tasas de interés, los bancos se ven incentivados a pagar menos por estos depósitos -generado menos ganancia para el ahorrista- y afectando la rentabilidad del ahorro.
Sobre el futuro de las tasas, desde SBS confían: "Consideramos que, de ser exitosa esa remonetización (haciendo referencia a la cantidad de pesos que ingresarían al sistema tras la incrementación del umbral para informar ciertas operaciones), podríamos ver una baja en las tasas reales ARS más cortas, recordando además que mayores depósitos ARS del Tesoro en el BCRA dan algo más de margen para el manejo de liquidez. Reiteramos que la observación de la dinámica en tasas cortas es el indicador que más nos gusta en materia de liquidez ARS".
"Hacia adelante, creemos que de darse un entorno de nominalidad más estable y a la baja, permitiría la caída de las tasas reales ARS"
Más allá de esto, recientemente hubo un factor que podría complicar la situación financiera para los bancos y limita la posible baja en las tasas: la reducción en el stock de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI).
Los bancos suelen utilizar estas letras como un mecanismo de liquidez, pero con un menor volumen disponible, están obligados a ser más cautelosos con su dinero, manteniendo tasas (TAMAR en este caso) relativamente altas en algunos productos financieros.
Esto podría generar cierto alivio para el ahorrista dada la resistencia por parte de las entidades bancarias a bajar rápidamente las tasas de interés.
Esto mismo fue explicado por 1816 en su informe, destacando como "con el cambio de mes los bancos pasaron a tener LEFI por menos de $10 billones, el colchón de liquidez más bajo desde el 9 de mayo. Aunque todavía no cayó lo suficiente para presionar fuerte a las tasas overnight, esto explica por qué la TAMAR sigue en torno al 34% TNA, se despegó de los rendimientos de Lecap a plazo comparable y nunca volvió a acercarse a los niveles pre-unificación (actualmente tomar depósitos a 30 días para colocarse en Lecap cortas pasó a ser un muy mal negocio, lo que implica un desafío para la rentabilidad de las entidades financieras)".
"Más allá de relajamientos y ajustes coyunturales de liquidez por licitaciones del Tesoro y movimientos de encajes (abril quizás fue un caso extremo de ambos efectos en sentidos opuestos), con el BCRA corrido (al menos por el momento) de la operatoria de pases activos y con una demanda de crédito que no para de crecer, es lógico que los bancos se cubran ante la posibilidad de una liquidez estructuralmente más apretada".
Lo que 1816 no tenía contemplado en su informe, dado que la medida fue lanzada ayer (9/6), es que, a partir del 10 de julio, el BCRA dejará de ofrecer a las entidades financieras la posibilidad de suscribir LEFI, el instrumento clave que les permitía estacionar liquidez a tasas fijas y sin riesgo.
El mandatario argentino también se verá este martes con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, en su oficina en Jerusalén. Además, será distinguido con el Premio Génesis.
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Ahora deberán redireccionar esos fondos a instrumentos con mayor incertidumbre o menor tasa, como Lecaps, cauciones o dejar el dinero inmovilizado en el BCRA. Esta reconfiguración puede impactar directamente en las tasas que ofrecen para los plazos fijos tradicionales: si la liquidez sobra, es probable que las tasas bajen aún más, afectando la rentabilidad del ahorro en pesos.
Baja de la inflación y caída del plazo fijo: alternativas de inversión
Frente a este panorama, las grandes mesas de la City recomiendan alternativas frente al plazo fijo, especialmente considerando el nuevo contexto de inflación en baja:
Bonos CER cortos
Estos bonos ajustados por inflación son especialmente atractivos para quienes buscan cobertura frente a la inflación y proteger sus ahorros.
Tal como señalan desde Facimex Valores: "Destacamos al Boncer de octubre de 2025 (TZXO5) y diciembre de 2025 (TZXD5) en zona de CER+9%. En el tramo medio, priorizamos el Boncer de marzo de 2026 (TZXM6) y noviembre de 2026 (TX26), con una modified duration inferior a 1 año y con rendimientos en zona de CER+10%; a la vez que el TZXD6 en CER+10,5% quedó atractivo por curva."
A su vez añaden: "Complementamos el posicionamiento con exposición al Dual de junio de 2026 (TTJ26) y de septiembre de 2026 (TTS26) con TEAs del 30% al valuarlos como tasa fija."
Desde SBS son más directos y afirman: "Preferimos CER sobre tasa fija, en especial para durations más largas."
ONs y Bonos en dólares
Otra alternativa interesante para los ahorristas que buscan cobertura frente a un salto del tipo de cambio descansa en los bonos en dólares y corporativos -Obligaciones negociables (ONs)-.
En Facimex lo tienen claro: "En soberanos, nuestros top picks son el GD41 y el GD35. En nuestro escenario base, los spreads de la deuda argentina estarán entre el EMBI (299pbs) y los emergentes high yield (413pbs) hacia fin de año. Esto favorecería particularmente a bonos largos como GD41 y GD35, por su mayor duration y alta convexidad, dejando retornos totales entre 30-33% hasta fin de año.
"Los retornos serían aún mayores (41-46%) en un escenario más optimista", sostienen.
SBS acompaña y asegura: "Reiteramos que nuestro top pick, basado en nuestros análisis de retorno total, es el GD35". Aunque "en un escenario de fuerte empinamiento de la curva por mejora en RRNN (Reservas Netas), factor electoral u otros, el tramo corto (GD29/30) también sería ganador".
Bonos corporativos de empresas reconocidas y sólidas como Telecom y Pampa Energía brindan un equilibrio favorable entre rentabilidad y seguridad, siendo una opción confiable para invertir.
Desde SBS comparten: "Seguimos sosteniendo que créditos corporativos Tier 1 (PAE, Aluar, Pampa, Tecpetrol, Vista, YPF Luz) son atractivos a estas tasas para perfiles más conservadores, pese a rendir menos que los soberanos, recordando que, en tiempos de stress de los años previos, el mercado pondera muy bien a aquellos créditos confiables del sector privado"
Bono en dólar, plazo fijo o CER: ¿qué debería hacer el ahorrista frente al escenario actual?
Si bien no hay una respuesta directa, dado que cada recomendación de inversión depende del perfil y posición económica de la persona, si se tiene una deuda en pesos, como por ejemplo consumo en cuotas en la tarjeta de crédito, lo "más seguro" estaría en aprovechar que las tasas todavía están altas y hacer plazo fijo a 30 días.
Hoy, Banco Hipotecario y Banco de la Provincia de Córdoba presentan la tasa más alta para los "no clientes" en 35,5%.
Hacer un plazo fijo a 60 o 90 días para asegurar la tasa alta antes de que baje podría llegar a ser una movida rentable, pero mucho más arriesgada, dado que el ahorrista se estaría alejando de junio, un mes con alta estacionalidad en la demanda de pesos y, con ello de cierta "calma cambiaria".
Más allá de esto, tal como aseguran los libros de finanzas, lo mejor siempre está en diversificar.
Tener una cartera equilibrada con bonos CER -para cubrirse de la inflación-, plazos fijos -para ganar algo de tasa- y bonos (ya sea corporativos o soberanos) en dólares para cubrirse frente a posibles saltos en el tipo de cambio podrían ser la receta perfecta para preservar el capital e, incluso, elevarlo de manera equilibrada.
Fuente: Iprofesional