Con 1.680 franquicias y presencia en cinco países, la marca apuesta por crecer un 10% anual y ampliar su planta en Córdoba, la más grande de Sudamérica
Grido pisa el acelerador a fondo con un ambicioso plan de expansión que busca duplicar su presencia en el mercado. La cadena de heladerías cordobesa que Leo Messi visitó y viralizó cuando apenas tenía 20 años, proyecta abrir más franquicias, desarrollar nuevas líneas de producción y ampliar su alcance en la región. Con 1.680 franquicias en Argentina y presencia en Chile, Uruguay, Paraguay y Perú, la marca prevé sumar más de 1.300 puntos de venta en los próximos años y alcanzar una producción de 140 millones de kilos de helado para 2030.
"El objetivo es crecer un 10% por año. Queremos construir Grido de nuevo, lo que implica duplicarnos en cantidad de franquicias, de kilos producidos y de momentos felices para nuestros clientes", explica Javier Díaz Caballero, responsable de Comunicación Institucional de la compañía.
Desde su nacimiento en el 2000, Grido apostó exclusivamente por el modelo de franquicia y todos los locales operan bajo esta modalidad. Esta estrategia le permitió a la marca una expansión uniforme en los cinco países donde está presente. Además, la empresa gestiona casi 1.000 heladerías sociales Vía Bana, un proyecto de negocios inclusivos dirigidos a los sectores más vulnerables de la sociedad; fundamentalmente mujeres amas de casa.
En el plano internacional, la empresa planea continuar su crecimiento en América Latina. "Elegiremos uno de los tres países que estamos evaluando: Brasil, México y Colombia. Creemos que el modelo también puede funcionar en otros mercados, como Europa o Estados Unidos, porque la gente busca cada vez más disfrutar de este tipo de pequeños placeres sin recorrer grandes distancias y a precios accesibles.", señala Díaz Caballero.
Para sostener esta expansión, Grido ya trabaja en la ampliación de su capacidad productiva. "Actualmente, producimos 90 millones de kilos de helado, lo que nos acerca al tope de nuestra capacidad, que es de 100 millones. Por eso, estamos invirtiendo en nuevas líneas de producción y en la ampliación de nuestra cámara de frío, que ya es la más grande de Sudamérica", detalla el vocero de la marca.
La planta se encuentra ubicada en el Parque Industrial Ferreyra (Córdoba) y actualmente cuenta con 8 líneas de producción.
Como parte de su estrategia de innovación, la empresa lanzó Grido Go, un formato de tienda automatizada que elimina la interacción con empleados y permite realizar compras en menos de cuatro minutos. "El cliente selecciona su pedido a través de pantallas digitales, paga con aplicaciones o tarjetas y retira su compra de un box automático sin intervención de un colaborador. Es una experiencia diferente, pensada para quienes buscan rapidez y practicidad", explica Díaz Caballero.
El nuevo modelo, desarrollado en conjunto con la aceleradora Innfinito y el laboratorio I+Diot Lab, ya cuenta con dos unidades en funcionamiento y la primera arrojó un grado de conformidad del 90% destacándose los valores de innovación, practicidad y sanitización.
No obstante, el modelo automatizado no reemplazará a las heladerías tradicionales, sino que funcionará como un complemento. "En nuestras tiendas tradicionales, el cliente busca una experiencia diferente, compartir un helado y conversar con alguien o sencillamente hacer una pausa a su rutina. En cambio, Grido Go está pensado para quienes necesitan resolver su compra de manera ágil. Ambos formatos pueden convivir y retroalimentarse", señala el vocero.
Para convertirse en franquiciado de Grido, los interesados deben cumplir con requisitos como la dedicación full-time al negocio, residir en la zona de apertura y contar con el capital de inversión, que tanto para Grido Go como para las tiendas tradicionales de la marca, ronda los u$s 50.000.
Sin embargo, Grido no exige que el candidato cuente con el capital completo desde el inicio. "Lo más importante para nosotros es que el candidato tenga el perfil que buscamos. Si hay coincidencia de objetivos, de ganas de crecer y disponibilidad, podemos abrir financiación con cuotas en kilos de helado", explica Díaz Caballero. La financiación puede alcanzar entre un 30% y un 50% del proyecto, dependiendo de cada caso.
"El tiempo de recupero de la inversión es de 18 meses, y la rentabilidad se encuentra entre un 12% y un 15%, ya sea en los formatos estándar y micro", afirma el ejecutivo.
En cuanto a la ubicación, Díaz Caballero destaca que estos locales deben estar en zonas de alto tránsito para garantizar su éxito.
Grido cuenta con un amplio equipo de trabajo que colabora activamente con los franquiciados en aspectos financieros, logísticos, de marketing e innovación, entre otros. En términos de capacitación, la empresa dispone de un área de Gestión del Aprendizaje que ofrece una variedad de cursos y talleres tanto para franquiciados como para sus colaboradores, permitiéndoles desarrollar mejor el negocio. Además, implementaron un formato en el que los franquiciados comparten experiencias y se retroalimentan con información. A su vez, el área comercial brinda acompañamiento a través de asesores que supervisan distintas zonas.
A pesar de la coyuntura económica, la empresa mantiene su ritmo de crecimiento. "Notamos una baja en la frecuencia de consumo al inicio de la última temporada, pero luego recuperamos los niveles normales. Nuestro Club Grido, que ya tiene más de 3,5 millones de socios, nos permite analizar el comportamiento del consumidor y ajustar nuestra estrategia", concluye Díaz Caballero.
Con una estrategia que combina expansión territorial, inversión en infraestructura e innovación, en 25 años Grido se convirtió en la tercera cadena de heladerías más grande del mundo. Pero lejos de conformarse, busca afianzarse como la líder en Latinoamérica y seguir multiplicando su exitosa fórmula de calidad, precio accesible y cercanía a través de su red de franquicias, con la meta final de convertirse en la número uno.
La columna de Jay Newman en el Financial Times cuestionó la decisión de un tribunal de Nueva York sobre la expropiación de YPF y defiende que el caso debía haberse tratado en Argentina.