Con la mejora de la actividad, habrá una ventana de oportunidad para bajar tributos considerados distorsivos, como parte de un plan más ambicioso.
El mercado empieza a ajustar a la baja la caída de la actividad económica de este año y espera, al igual que el equipo económico del Gobierno, un fuerte rebote durante el próximo año. La recuperación abre una ventana de oportunidad para que el presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo, tal como lo prometieron, empiecen a aplicar una reducción de impuestos.
Uno de los datos que celebraron los economistas en los últimos días fue el de la variación de la actividad económica de octubre, que dio a conocer el INDEC el viernes pasado. La medición oficial indicó un crecimiento de 0,6% respecto al mes previo, teniendo en cuenta la estacionalidad, y una baja de 0,7% en relación al mismo mes del año pasado.
La economía argentina acumula así seis meses consecutivos en alza o con variaciones neutras, sin caídas, a pesar del ajuste fiscal que aplicó el Gobierno y la fuerte desaceleración de la inflación. Esto último, en teoría, condicionaba a la actividad económica (los planes de estabilización suelen ser recesivos), pero la recuperación se está dando a pesar de ello, lo cual es celebrado por el mercado.
Las revisiones al alza que aplicó el INDEC en varios de los últimos meses (como septiembre, que pasó de -0,3% mensual a neutro) indican que en agosto la actividad económica alcanzó los niveles de noviembre del año pasado, último mes completo de la gestión del expresidente Alberto Fernández y el exministro Sergio Massa, y en octubre se ubicó 0,6% por encima.
Facimex Valores resalta que, sin dudas, se trata de una recuperación económica muy rápida teniendo en cuenta las medidas de estabilización que implementó el equipo de Milei apenas diez meses atrás.
A la vez, destaca que las primeras señales para noviembre son positivas: cinco de los once indicadores sectoriales a los que le hace seguimiento mostraron crecimiento respecto a octubre teniendo en cuenta la estacionalidad, mientras tres exhibieron estabilidad y los otros tres habrían registrado caídas mensuales.
Además, el bróker mejoró su proyección económica para 2024, pasando de una contracción del PBI de 3% a 2,5%. Se trata de una cifra "algo más optimista" que el último Relevamiento de las Expectativas del Mercado (REM) que elabora el Banco Central, que estimó una baja de 3%, y es similar al arrastre estadístico que dejó el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) del INDEC en octubre, que fue de 2,6%.
Cohen Aliados Financieros proyecta que este año la actividad económica caerá 2,1% y destaca que la caída se concentró únicamente en el primer cuatrimestre. Desde mayo, la economía creció mes a mes o se estabilizó, "haciendo que el proceso recesivo de 2024 sea uno de los más breves de las últimas décadas".
"Hacia delante, es esperable que el desempeño económico se beneficie de una mejora de los ingresos reales por la desaceleración de la inflación y una incipiente reactivación del crédito, factores que podrían dar un respiro a la demanda interna, aunque este camino se transita con una marcada heterogeneidad entre sectores", agrega ACM.
La consultora sostiene que, si la actividad económica mantiene la tendencia actual, es posible que la caída del PBI sea menos severa de lo previsto por el mercado. Con los datos actuales, estima que la contracción de 2024 podría ubicarse entre 2,6% y 2,9%, mejorando respecto al consenso inicial de 3,5% que se proyectó a principios del año.
Para el año entrante, el conjunto de las consultoras económicas que participaron del último REM estima un crecimiento promedio de 4,2% interanual. La cifra significa un alza de 0,6% respecto al relevamiento que se hizo un mes atrás. Para 2026, prevé que la tendencia se mantendrá, aunque con mayor moderación, dejando un crecimiento adicional de 3,1%.
La proyección del REM es similar a la de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que en un reciente informe regional proyectó que la economía argentina crecerá 4,3% el próximo año.
Por su parte, el Gobierno espera un repunte de 5%, según proyectó en el Presupuesto de 2025, misma cifra que prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI). No obstante, otras consultas y entidades financieras se muestran aún más optimistas, como BBVA, que espera una recuperación económica de 5,5%, impulsada principalmente por el consumo y la inversión.
Con el rebote de la economía, habrá una ventana de oportunidad para bajar impuestos, de acuerdo con Facimex. El bróker sostiene que, en la medida en que la actividad sorprenda positivamente, el aumento de la recaudación tributaria generará espacio para avanzar con la baja de "impuestos distorsivos", probablemente comenzando con los Derechos de Exportación y el impuesto al cheque.
Los contadores y especialistas en asuntos tributarios coinciden en que los primeros impuestos que debería bajar el Gobierno son los Derechos de Exportación (retenciones) y el impuesto sobre los créditos y débitos en cuentas bancarias y otras operatorias.
Sin embargo, consideran que el más distorsivo de todos es el impuesto a los Ingresos Brutos (IIBB), ya que atenta contra la producción. Pero este tributo tendría menos chances de ser eliminado porque no le corresponde a la Nación, sino a las provincias, y estiman que los gobernadores no querrán prescindir de la recaudación que genera.
De acuerdo con el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), los impuestos más distorsivos del país, los cuales deberían eliminarse y/o reemplazarse de manera gradual por otros más eficientes, son los Derechos de Exportación, impuesto al cheque, Ingresos Brutos, tasas municipales e impuesto provincial a los sellos.
Tal como consignó iProfesional, uno de los ambiciosos objetivos de la reforma tributaria del Gobierno es reducir a apenas seis los impuestos nacionales, cuando en la actualidad todo el sistema impositivo tiene más de 150. Con media docena de gravámenes, será mucho más sencillo controlar el cumplimiento de las obligaciones fiscales, y para las empresas habrá más claridad para calcular los costos de sus productos, confían en el gobierno.
El principal objetivo será reordenar el sistema tributario eliminando impuestos de menor incidencia en la recaudación. Según el gobierno, el 90% de la recaudación se centra en una decena de tributos. El resto podrían ser eliminados sin afectar demasiado los ingresos fiscales. Pero algunos tributaristas no están de acuerdo, y advierten que la eliminación de gravámenes debería ser estudiada más a fondo.
Hay seis impuestos que concentran el 83% de los ingresos fiscales y los primeros diez el 92%: el IVA recauda el 7,7% del Producto Bruto; aportes a la seguridad social el 4,9%; Ganancias el 4,6%; Ingresos brutos el 4,2%; el impuesto al cheque el 2,7%; las retenciones el 0,8%, igual que el impuesto PAIS, que ya desaparece; los derechos de importación 0,7%; las tasas municipales 0,7%; los internos coparticipados 0,7%; Bienes Personales 0,5%; Sellos 0,4%; y Combustibles 0,3%; entre otros.
Con la suma de IVA, Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, Ganancias de personas humanas y de sociedades, Ingresos Brutos, débitos y créditos bancarios y Derechos de exportación, se obtiene el 83% de la recaudación tributaria.
El trabajo del IARAF señala que "si a los 6 tributos mencionados se le agregan el impuesto PAIS, los Derechos de Importación, la Tasa de Seguridad e Higiene Municipal (TISH) e impuestos internos coparticipados, se tiene que el 92% de la recaudación consolidada argentina se concentra en 10 tributos, 8 de los cuales son nacionales, uno provincial y uno municipal".
Para la Fundación Capital, el Gobierno aún tiene pendiente demostrar que puede sostener a largo plazo el equilibrio fiscal financiero -después de los pagos de deuda- para poder mostrar que una menor presión impositiva no comprometerá los pagos de la deuda. (iProfesional)