El planteo de "1816" refiere a si "esta vez es diferente" para convivir con un tipo de cambio apreciado. Los riesgos para lo que viene
En medio del debate sobre la competitividad del tipo de cambio, con una cotización del dólar mayorista oficial en $1.000 y una brecha mínima con los dólares financieros (MEP, CCL y blue), la consultora 1816 -reconocida entre los financistas- hizo un análisis del escenario en su último reporte a clientes, y se preguntó directamente si este "peso fuerte" seguirá "para rato".
El reporte precisó que, en los últimos 30 años, Argentina registró cuatro momentos con un tipo de cambio real similar al actual:
Esos cuatro hitos terminaron mal: una explosión cambiaria puso punto final a la apreciación cambiaria. En todas esas oportunidades, el final llegó por distintas circunstancias y luego de diferentes procesos.
Pero lo que está claro es que cuando el dólar queda tan barato, se sucede una devaluación.
Los economistas de 1816 creen que, a diferencia de las veces anteriores, esta oportunidad de atraso puede ser distinta. Y no decantar en una violenta devaluación.
Básicamente, porque destacan que ahora existe un equilibrio de las cuentas públicas. En ninguna de las veces anteriores de atraso cambiario hubo el superávit logrado durante los 11 meses de la actual administración.
No es el único hito para destacar:
"Nos obliga a tomar en serio la posibilidad de que el ciclo de tipo de cambio real apreciado pueda extenderse en el tiempo", destacó el informe de la consultora dirigida por los economistas Adrián Rosanski y Mariano Skladnik.
El camino no está exento de riesgos. La convivencia con un dólar considerado "barato" no resulta fácil para la economía argentina; lo dice su historia reciente.
El principal riesgo potencial lo marca el contexto internacional. Mientras Brasil no devalúe; o las monedas de los emergentes no estén bajo una extrema presión cambiaria, el esquema se puede sostener.
Ya sucedió en otros momentos: el más recordado fue en la previa a la crisis de 2001, cuando primero los tigres y tigrecitos asiáticos, luego Rusia y más tarde Brasil sufrieron embates contra sus monedas. Fue el final de la convertibilidad.
Otro de los riesgos se relaciona con la economía real. Con un tipo de cambio apreciado, hay varios sectores que sufren porque pierden en la competencia con el extranjero.
En la industria, el caso de los textiles es emblemático. ¿Habrá tiempo para que esos sectores puedan reconvertirse o que el Estado les quite impuestos para mejorar la competitividad, en caso de sostenerse este esquema cambiario?
El sector que más sufrirá en el corto plazo es el turismo, sin dudas. Con un dólar de $1.100 en el MEP y el blue, a los argentinos les costará mucho más barato irse de vacaciones a Brasil y también a Miami o a Europa.
Los tours de compras a Chile, que se hicieron cada vez más abundantes en los últimos meses, fueron una señal de lo que se viene para el verano.
La cuenta turística, que en los últimos meses redondeó un rojo cercano a los u$s600 millones, muy probablemente se duplicará cuando empiece la temporada alta. Por ahora, el Gobierno no tomará ninguna medida adicional para limitar esa sangría de divisas, aun cuando dentro de algunas semanas vence el impuesto PAIS que grava los gastos con tarjetas en el exterior.
"Si todo sale bien, vamos a tener sectores 'muy ganadores' y sectores 'muy perdedores'", dice el reporte de 1816, al marcar una división entre los rubros energéticos, cada vez más competitivos para exportar, y los mencionados rubros rezagados por el dólar barato. (iProfesional)