Florencia Marco, que se desempeñaba como jefa de prensa, contó con detalles algunos de los episodios que sufrió de parte del agresor; “siento asco”, dijo, acongojada
Angustiada, con la voz entrecortada, Florencia Marco, la joven que denunció al ahora exdirector técnico del fútbol femenino en Boca Juniors, Jorge Martínez, hizo un relato detallado del abuso que sufrió. “Todo el tiempo sentía miedo de cruzármelo. Tenía miedo de ser violada”, reconoció la víctima.
Durante la entrevista realizada con el canal TN, Marco no pudo ocultar la tristeza y “asco”, calificado así por ella misma, por lo que le toca atravesar en este último tiempo. Dijo que desde Martínez - a quien no puede ni mencionar por el trauma vivido - comenzó a trabajar en la institución xeneize a fines de enero de 2022 “cambió mi trabajo, mi vida”. Fue desde ese momento que la joven, que se desempeñaba como jefa de prensa del fútbol femenino, empezó a sentir lo que era ser acosada.
“Tenía que hablar con él por cosas de trabajo en ámbitos donde estaba todo el quipo y me empezó a intimidar con su mirada, que se posaba en mis senos, en las partes íntimas, en las piernas”, recordó Marco. No transcurrieron muchos días hasta que Martínez, mientras la observaba con detenimiento, “se pasó la lengua por la boca”. “Me genera mucho asco. Como mujer te intimidas porque no sabes qué decir, qué hacer”, agregó, acongojada.
Jorge Martínez, el director técnico desplazado
La joven relató que en una oportunidad estaba sentada con la computadora sobre sus piernas, esperando a una jugadora del plantel, cuando el ahora ex DT pasó por su lado y le tocó una de las rodillas. Y, otra vez, hizo el mismo gesto obsceno de la lengua en los labios. “Le dije ‘¿qué haces?’. No quería ni que se acercara a saludarme”, agregó. A medida que transcurrían los días, se sentía más y más intimidada, acorralada y abusada por Martínez.
Marco recordó un hecho puntual: “Estaba hablando con una jugadora de algo personal. Yo ya le tenía miedo [a Martínez]. Tenía el termo y el mate en la mano, y en el bolsillo del pantalón, el celular. De repente, sentí una mano que atravesó toda mi cola y mi pierna. En ese momento te quedás helada porque no entendés qué está pasando. Aparece mi celular delante de mi cara y él me dice: ‘Tomá, acá guardás todos sus secretos’. Veo su cara y yo empiezo a los gritos: ‘¡Salí de acá!, ¡No me vuelvas a tocar nunca más!, ¡Está loco!’”.