Bajo la mirada del mundo, los argentinos Javier Pastore y su tocayo Javier Zanetti fueron los encargados de ingresar el trofeo de la Champions League al centro del Allianz Arena, pocos minutos antes del inicio del partido. La elección no fue casual: ambos dejaron una huella imborrable en los clubes finalistas -Pastore en el Paris Saint-Germain y el Pupi Zanetti en el Inter de Milán-, formando parte de la historia grande de ambas instituciones.

Pastore llegó al Paris Saint-Germain en 2011, cuando el club comenzaba su ambicioso proyecto bajo la órbita catarí. Fue uno de los primeros fichajes rutilantes de esa nueva era y, durante sus siete temporadas en la capital francesa, se ganó el cariño del público por su talento elegante y su estilo impredecible. Aunque las lesiones afectaron su regularidad, el cordobés fue clave en la consolidación del PSG como potencia nacional, contribuyendo a la conquista de múltiples títulos locales, incluidas cinco Ligue 1 y varias copas domésticas.

Por su parte, Javier Zanetti es sinónimo del Inter de Milán. Llegó al club en 1995 y permaneció allí durante casi dos décadas, transformándose en una leyenda viva de la institución. Capitán indiscutido durante gran parte de su trayectoria, el Pupi levantó la Champions League en 2010 como uno de los pilares del equipo dirigido por José Mourinho, en una campaña histórica que culminó con el triplete. Su entrega, profesionalismo y liderazgo marcaron una época, y tras su retiro fue inmediatamente incorporado a la estructura dirigencial del club.

Fuente: Ole.com