Horas cruciales en la máxima categoría, con el piloto argentino en la lista de candidatos. Liam Lawson, Yuki Tsunoda e Isack Hadjar, los nombres que aguardan por la definición.
Franco Colapinto supo el mismo instante en que Sauber confirmó a Gabriel Bortoleto, el día después del Gran Premio de San Pablo en el que el argentino sufrió su primer abandono en la Fórmula 1, que su continuidad dependía de que una pieza del rompecabezas se perdiera y que eso ocasionara un efecto dominó. Esa pieza era la de Sergio Checo Pérez, el mexicano que en mayo había renovado su contrato hasta 2026 pero que finalmente no continuará como compañero de Max Verstappen en Red Bull.
La noticia aún no fue confirmada por la empresa de bebidas energizantes. Pero no hizo falta para que la cadena de especulaciones comenzara a tejerse en el paddock. Con 18 pilotos confirmados para la próxima temporada -entre ellos Carlos Sainz y Alex Albon en Williams, lo que dejó al oriundo de Pilar con un rol de reserva en la escudería británica que lo puso en el lugar de Logan Sargeant en las últimas 9 carreras de la temporada-, las butacas libres la tienen Red Bull y Racing Bulls, dos equipos que tienen distintas bases -el primero en Milton Keynes y el otro en Faenza- pero son manejadas por los mismos intereses.
Pese al rumor que hicieron correr con fuerza desde Argentina cuando recién había disputado cinco carreras en la F1 en dos meses de que sería el compañero de Max Verstappen, sin Checo ese lugar sería ocupado por Liam Lawson. El joven neozelandés que ya tuvo dos etapas en el equipo B, una de cinco carreras en 2023 cuando Daniel Ricciardo se lesionó la mano y otra de seis grandes premios este año cuando finalmente el australiano dejó la escudería, ascenderá finalmente al A.
El piloto que cumplirá 23 años el 11 de febrero llegará con seis puntos en la Fórmula 1 -cuatro sumados esta temporada por sus novenos puestos en Estados Unidos y Brasil-, un buen rendimiento y apenas un abandono (el de la última carrera, en Abu Dhabi) para sentarse en el auto de al lado del tetrcampeón del mundo que se hizo fama de compañero difícil y que con Pérez por primera vez mantuvo al mismo ladero cuatro temporadas, tras los pasos infructuosos de Ricciardo, Gasly y Albon.
Con la salida de Pérez y el ingreso supuesto de Lawson, un producto de la Academia Red Bullque dirige Helmut Marko en su lugar, se generará un vació que ya existía en Racing Bulls después de la salida de Ricciardo y la incorporación del neozelandés como su reemplazo por este año. En ese equipo, el único con contrato es el japonés Yuki Tsunoda, quien como ¿premio consuelo? había manejado el RB20 en las pruebas de postemporada de Abu Dhabi la semana pasada. "El equipo quedó satisfecho con su respuesta técnica. En este sentido, es mucho mejor de lo que se dice. Es sólo uno de los muchos talentos que tenemos en nuestras filas", analizó el expiloto austríaco en su columna de esta semana en Speedweek.
Aunque muchos -entre ellos Colapinto- deseen ese lugar -además de Checo esta fue la última temporada para el danés Kevin Magnussen, el finlandés Valtteri Bottas y el chino GuanyuZhou-, esa butaca tendría dueño: Isack Hadjar, subcampeón de la Fórmula 2.
"Podemos esperar mucho de los jóvenes en la Fórmula 1. Es agradable que, tras un largo periodo en el que apenas ha habido cambios, varios novatos prometedores puedan demostrar de qué están hechos. El año que viene contaremos con Gabriel Bortoleto, que ha ganado la Fórmula 2, y también suben Oliver Bearman y Kimi Antonelli. Y si tuviéramos que alinear a un junior en Racing Bulls, eso significaría cuatro novatos en el campo, por lo que ya podemos hablar de un cambio generacional", subrayó Marko, abriéndole la puerta al francés de 20 años y cerrándosela al mismo tiempo a otro de los jóvenes que impactó al paddock.
Pese a que el efecto dominó de la salida de Pérez no le pegaría de lleno a Colapinto, sí podría hacerlo el hecho de que el mercado hispanohablante se quedará sin un piloto que los represente -Bartoleto cumple con el rol de sudamericano pero es brasileño- y habrá marcas interesadas en que Franco las absorba. Carísmático y verborrágico, el bonaerense le dio frescura al paddock y ya atrajo en su corta estadía a empresas como Globant -que se convirtió en sponsor de la Fórmula 1-, Mercado Libre -que llevó el amarillo de su logo al monoplaza de Williams- y Big Box.
De hecho, en el GP de México, se lo vio al piloto con Carlos Slim Domit, el hijo del magnate Carlos Slim, máximo patrocinador de Pérez, y el presidente del consejo directivo de Telmex y Telcel, las principales compañías de telefonía de México y con presencia en Argentina con la marca Claro.
"Con Franco hemos platicado, tengo mucha admiración por lo que él ha estado logrando, es además una persona fuera de serie y creo que está consolidando muy bien su proyecto, tiene muy buenos patrocinadores apoyándolos, sobre todo grandes empresas de Argentina", dijo en el paddock del Autódromo Hermanos Rodríguez, donde no descartó que trabajaran juntos en un futuro. Su patrocinio podría ser ese empujoncito económico que el argentino necesita para que una escudería desembolse por él los millones que pretende Williams tras formarlo en su academia.
Mientras descansa en un country del noroeste del Gran Buenos Aires y mantiene en vilo a sus fanáticos encerrado en el hermetismo que envuelve su futuro, Colapinto también aguarda novedades que viajarán desde Europa. ¿Sorprenderá Red Bull? ¿Flavio Briatore romperá el esquema conservador de Alpine, que ya tiene confirmados a Pierre Gasly y Jack Doohan? Por ahora, esas son preguntas sin respuesta. Con el esperado evento pensado para el Movistar Arena cancelado, como también esa posible conferencia de prensa en el ACA de Avenida del Libertador, no será el joven de 21 años quien aparezca ante la prensa para contestarlas.