Se llevaron ese objeto, valuado en casi 6 millones de dólares, del Palacio de Blenheim, al noreste de Londres.
Una pieza particular brillaba por sobre las otras en el Palacio de Blenheim, en Inglaterra. Y tanto se destacó ese objeto, un inodoro de oro de 18 kilates con asiento y cisterna, que no solo atrapó la atención de quienes visitaban la exposición artística que se desarrolló en 2019 en la casa de campo en la que nació Winston Churchill, sino también la de un grupo de ladrones.
La obra "América", del artista italiano Maurizio Cattelan y tasada en casi 6 millones de dólares, desapareció el mismo día en que fue puesta en exhibición en aquel lugar reconvertido en un museo, al noroeste de Londres, el 14 de septiembre de aquel año.
Este martes, poco más de cuatro años después de aquel desconcertante suceso, tres hombres fueron declarados culpables por el robo y la posterior venta, al parecer por partes, de la escultura, según informó la Fiscalía de Inglaterra y Gales (CPS) en un comunicado.
Por el robo, puntualmente, quedaron apuntados Michael Jones, de 39 años, y James Sheen, de 40. Ambos admitieron su responsabilidad ante el Tribunal de la Corona de Oxford.
En tanto, Fred Doe, de 36, fue hallado culpable de conspiración para convertir o transferir propiedad delictiva. En otras palabras, ayudó a vender los fragmentos de la escultura luego del robo. A él le encontraron mensajes codificados con Sheen sobre la venta del oro.
Los tres hombres deberán esperar ahora por su sentencia, aunque todavía no hay una fecha determinada para darla a conocer.
Un cuarto hombre, Bora Guccuk, de 41 años, quedó exculpado. Este negociante de oro estuvo involucrado en las transacciones, pero dijo que no sabía de dónde provenían las piezas. La Justicia le creyó.
La Fiscalía de Inglaterra y Gales expresó su hipótesis acerca de cómo pudo haberse producido el robo del inodoro de oro.
De acuerdo con esa versión, Sheen, marcado como el autor intelectual, y sus cómplices llegaron al palacio en dos vehículos robados y luego ingresaron al lugar, considerado patrimonio mundial de la UNESCO, y desmontaron la pieza de 98 kilos utilizando para ambas tareas mazos y palancas.
Por último, cargaron el inodoro en la parte posterior de unos de los autos y huyeron. Todo el procedimiento, de acuerdo al CPS, duró menos de 5 minutos.
Al parecer, aunque lo negó, Jones estuvo en el Palacio en dos oportunidades antes del robo. El objetivo era tomar fotos de una ventana por la que posteriormente ingresarían.
Pese a la velocidad con la que fue ejecutado, y a que consiguieron llevarse el objeto, para Shan Saunders, de la Fiscalía, los ladrones cometieron algunos errores al dejar cabos sueltos.
"Fue un atraco audaz, cuidadosamente planeado y ejecutado, pero los responsables no fueron lo suficientemente cuidadosos y dejaron un rastro de evidencias forenses, material de cámaras de seguridad y datos telefónicos", dijo Saunders en un comunicado.
El funcionario, además, deslizó que "el oro sin duda fue fragmentado, fundido o vendido poco después del robo". Según creen, Sheen contactó a Doe para que lo ayudara a vender el oro. Cuatro semanas después del hecho fue arrestado.
En ese momento, la Policía encontró una prueba concreta de su participación en el episodio. En específico, halló en su teléfono una fotografía que mostraba una bolsa llena de dinero en efectivo. La imagen fue enviada en un mensaje que decía "520.000 libras. Ja, ja, ja".
Luego Sheen salió en libertad tras pagar una fianza, aunque siguió cometiendo delitos. La Justicia británica contabilizó al menos 12. Su intervención en el robo del inodoro se comprobó al encontrar su ADN en un mazo que quedó dentro del Palacio, aunque también encontraron fragmentos de oro en distintas prendas que estaban en su casa.
"Confiamos en que esta acción judicial ha contribuido a desarticular una red más amplia de delincuencia y blanqueo de capitales", completó Saunders.
Los agentes detuvieron a los colaboradores de Ekrem Imamoglu, a quien le emitieron una orden de arresto, según los medios locales.