Los vehículos aéreos no tripulados son empleados para el narcomenudeo y encienden las alarmas en servicios penitenciarios a nivel mundial. ¿Qué soluciones se barajan para frenar esta problemática?
Los dronesofrecen funciones destacables y meritorias. Desde el simple entretenimiento, pasando por el alcance a regiones de difícil acceso y el monitoreo de cultivos, hasta su provechoso empleo en el sector audiovisual, por mencionar algunos ejemplos entre los tantos. Pero también sirven para fines ilícitos: uno de los usos que enciende las alarmas es la entrega de drogas en las cárceles, problemática que va en aumento.
Un informe publicado esta semana en The Guardian da cuenta del incremento de esa práctica en prisiones del Reino Unido y de previsiones poco alentadoras para los próximos años. Es un panorama que, de acuerdo a insiders, requiere inversiones en soluciones tecnológicas. Y que, además, no se restringe al territorio británico: el modus operandi se registra en diversos países, incluyendo a la Argentina.
En los diez primeros meses del año pasado, se registraron casi 1.300 incidentes con drones en prisiones de Inglaterra y Gales, un aumento de diez veces desde el 2020 y el triple en comparación con el 2022.Siguiendo a The Guardian, estas entregas se realizan mayormente en horarios nocturnos y por eso se cree que las cifras reales son mucho más altas.
¿Qué ocurre, en la práctica? Los dispositivos voladores (que se controlan en forma remota y son capaces de llevar cargas) se acercan a las ventanas de las celdas, llevando objetos de contrabando y permitiendo el narcomenudeo. En este sentido, se trata de un método mediado por una solución tecnológica que ha reemplazado a la vieja modalidad: el lanzamiento de paquetes en los patios de recreo.
"No tendríamos estos incrementos si el servicio penitenciario estuviera encima de esto. Claramente, están tratando de ponerse al día", dijo Andy Slaughter, presidente laborista del Comité de Justicia de la Cámara los de Comunes, que opera como una representación de los ciudadanos dentro del Parlamento del Reino Unido.
"Es particularmente irritante que el crimen organizado y quienquiera que esté operando los drones estén efectivamente pasos por delante de las personas que se supone que deben mantener seguras las cárceles", agregó Slaughter, al advertir que el aumento de los incidentes "hace sonar las alarmas" sobre la seguridad en esos ámbitos.
"El tráfico en las cárceles es tan lucrativo que las bandas están buscando pilotos de drones altamente capacitados del mundo no criminal para transportar su carga a las ventanas de las celdas", señalan en The Guardian.
El número de casos escala a pesar de las leyes que se introdujeron a comienzos de 2024 en el Reino Unido, que tipifican como delito el vuelo de drones a menos de 400 metros de cualquier prisión. Las multas llegan a las 2.500 libras (poco más de 3.000 dólares), mientras que si se descubre contrabando de artículos ilegales las penas van hasta los 10 años en prisión.
Tal como señalamos, este modus operandi se registra a nivel mundial. Recientemente, en nuestro país resonó un caso que resultó fallido para los traficantes. En noviembre, la Policía de Córdoba encontró drogas en un drone que quedó atascado en cables de alta tensión. Los reportes indicaron que llevaba 140 gramos de cocaína y casi 90 de marihuana, que presuntamente iban a ser entregados en la cárcel de Bouwer, al sur de la capital provincial. Anteriormente, un dispositivo de esa especie intentó ingresar teléfonos móviles a ese mismo penal.
Según informó La Voz, tras la detección de negocios ilegales en las cárceles, en septiembre se abrió una investigación al Servicio Penitenciario cordobés que resultó en varias detenciones, incluyendo a cuatro altos mandos, acusados de integrar una asociación ilícita.
Los casos en esa provincia argentina no son nuevos. Ya en 2021, TN.com.ar informó que dos hombres fueron detenidos por narcomenudeo, uno de ellos acusado de utilizar un drone para ingresar estupefacientes en una cárcel en la ciudad de Cruz del Eje.
A fines del año pasado, otro caso (también singular, ocurrido en Francia) dio cuenta de la recurrencia en el uso de estos dispositivos para llevar drogas a prisiones. En esa ocasión, un drone envió un paquete con estupefacientes y celulares a la ventana equivocada: la de un vigilante, en una cárcel en Brest. Según un reporte de France 3, apenas el 20% de las prisiones en el país galo están equipadas con bloqueadores de señal.
En España también hay casos recientes. En un centro penitenciario en Algeciras, al sur de aquel país, funcionarios interceptaron un drone que también llevaba drogas y smartphones. Igual que en el Reino Unido, sindicatos y especialistas remarcan la necesidad de una mayor inversión en soluciones tecnológicas y recursos humanos para frenar el avance de esta modalidad.
Investigaciones posteriores en Algeciras echaron luz sobre el entramado detrás de esas entregas: una organización narcotraficante que llevaba drogas a España desde Marruecos, empleados drones fabricados en Ucrania que son capaces de transportar hasta 10 kilos en cada viaje.
Wilfried Fonck, secretario general de un sindicato de guardias de prisiones llamado Ufap-Unsa Justice, en Francia, aseguró que las entregas son cada vez más precisas. "Lo hacen casi hasta una ventana", comentó. Fonck explicó que la mayoría de los pedidos (que los reclusos realizan a través de redes sociales) son de drogas y teléfonos móviles, pero también de alimentos, cuchillos de cerámica, e incluso libros religiosos.
Si bien algunas cárceles emplean una tecnología para detectar vehículos aéreos no tripulados, los informes advierten que no los bloquean activamente. Slaughter, del Comité de Comunes en el Reino Unido, describió esta problemática como una "brecha de seguridad fundamental" que necesitaría más dinero para solucionarse.
"Esto tendrá un costo, ya sea que provenga de los mayores presupuestos de mantenimiento o de otros medios", dijo. "Sería una pena que se desviaran fondos de otras cosas, como la rehabilitación, la dotación de personal, las condiciones y el mantenimiento en general de las prisiones, porque están en un estado lamentable. Pero antes de hacer cualquier otra cosa, hay que asegurarse de que los prisioneros estén seguros, por lo que esto tendrá que ser una prioridad", añadió.
En ese marco, el líder del Comité dijo que estudiarán el posible uso de tecnología como bloqueadores de señal, que impedirían que los drones vuelen en el espacio aéreo restringido.