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División Palermo: Netflix estrena una ácida comedia argentina sobre la discriminación y la inclusión

Con ocho episodios, muestra una guardia urbana con ciegos, trans, personajes en silla de ruedas, gordos y extranjeros. Estrena el 17 de febrero.

Viernes, 17 de Febrero de 2023
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La serie de comedia División Palermo se estrena en Netflix este viernes 17 de febrero. Allí, la Ministra de Seguridad inaugura la guardia urbana de la Ciudad con un ciego, una chica trans, otra en silla de ruedas, un gordo, un judío y un boliviano. “Queridos agentes: ¡Bienvenidos a esta fuerza inclusiva! ¡La seguridad vuelve a las calles! ¡Gracias a ustedes cada día estamos más juntos!”.

La Ministra de Seguridad regresa a un operativo de desalojo militarizado y se corta la comunicación en la comisaría. Miguel (Daniel Hendler), el coordinador de la flamante División Palermo, lee los eslóganes que reciben el grupo, entre la acidez de The Office, la parodia de Locademia de Policía y el absurdo de Cha Cha Cha: “Es un cuerpo civil no armado integrado por gente como vos”. O “Vanguardia, cercanía e inclusión en la Ciudad”.

¿Cuándo una comedia argentina en Netflix fue tan efectiva reuniendo a Daniel Hendler, Pilar Gamboa, Charo López y Martín Garabal? División Palermo, de ocho episodios breves (en total son 3 horas 46 minutos) fue creada por Santiago Korovsky, quien había brillado como actor en El Reino y Casi feliz. Acá encarna al protagonista Felipe Rozenfeld, quien se suma a la División Palermo luego de que lo deje su novia y su padre lo saque de la empresa familiar: “A vos te falta pasión”, le dicen.

El poder de las minorías

En la serie, el disparate se unirá con la mirada mordaz sobre las minorías y la diversidad.

¿Ser judío cuenta como una capacidad especial?”, se preguntan los jefes de la División Palermo, al incorporarlo a esta “guardia urbana inclusiva”. A Felipe Rozenfeld le robaron una mochila con dinero en la plaza del barrio, fue a hacer la denuncia y terminó en la División Palermo con promesa de sueldo, para patrullar las calles sin portar armas.

“Acá no estamos estigmatizando a nadie”, aclara el coordinador Miguel (Hendler), más querible que vigilante. Los gags se repartirán en los ocho episodios de División Palermo, creada como una operación de marketing “para cambiar la imagen de la fuerza”.

A la par del mensaje irónico y político habrá un conflicto criminal: una banda de narcos operando detrás de una juguetería con un perverso pistolero (Carlos Belloso).

¿Cómo funciona el humor de la División Palermo, por Netflix?

Felipe Rozenfeld (Korovksy) es flaco, alto y de barba, y posee la gracia melancólica de la “cole” del Once. El mejor personaje, Sofía, está en silla de ruedas (la brillante actriz Pilar Gamboa). Jonatan (Hernán Cuevas) es el hombre de talla baja. Y Valeria Licciardi es la chica trans, fluyendo en sus diálogos y hasta en sus insultos a los porteños que cometen contravenciones.

Sarcástico e incorrecto

El humor sarcástico e incorrecto de División Palermo tiene otra dupla para llevar la serie al punto opuesto de Brigada Explosiva. Gracias a la destreza de Charo López y Martín Garabal, sus personajes, los agentes policiales Paloma Gutiérrez y Esteban Vargas, logran intervenciones estratégicas, vigilando o apoyando a la División Palermo en sus operativos por los barrios.

El humor de la serie fue calibrado por seis guionistas: Santiago Korovsky, Florencia Percia, Martín Garabal, Ignacio Sánchez Mestre, Ignacio Gaggero y Martina López Robol.

Por si hiciera falta explicarlo, reírse de la falsa inclusión (y exponer la discriminación) no son los únicos focos de División Palermo. También se contrasta a policías sin aptos físicos con estos civiles que, sin cuerpos normativos, hallan su real vocación comunitaria.

“Algunos llegan desde la web discapacit.ar. Otros por la oficina de empleo…”, explica el pusilánime Miguel de Daniel Hendler, quien también tiene su sueño tapado por la burocracia de la comisaría: el teatro. Un poco en sintonía con el personaje de Mario (el actor boliviano Renato Condorí), con raras dotes para el stand-up en medio de las operaciones callejeras de la División Palermo, mucho más inofensivas que otras.

“Esto no es un desalojo. Eso lo quiero dejar muy en claro. Acá hay infiltrados de partidos de izquierda”, dice la Ministra de Seguridad ante las cámaras, luego de una represión policial a una comunidad boliviana. Y la fotografía urbana crece con la presencia de Luis Mansardi (Mike Amigorena), un presentador “amarillista, careta, mercenario”, según dirá la chica trans.

El de Amigorena no será el único cameo en División Palermo. Cada paródica escena guardará sorpresas y giros sutiles, pero la intimidad se potenciará en la dinámica amorosa entre Sofía (Pilar Gamboa) y Felipe Rozenfeld (Santiago Korovksky). Como cuando él busca en Google: “Cómo hacer el amor con alguien en silla de ruedas”. Varias situaciones agregarán ternura y humanidad.

Contra los prejuicios

“Al escribir División Palermo tuvimos que derribar varios prejuicios. No queríamos caer en la discriminación positiva”, le dice a Clarín Santiago Korovsky, también co-director de con Diego Núñez Irigoyen.

“Es un prejuicio pensar que todas las personas con discapacidad, o integrantes de minorías, son seres de luz. O que no tienen sexualidad. Por eso muchas veces se los infantiliza. Nosotros nos asesoramos bien para que nada fuera aburrido ni solemne”, afirma.

También en diálogo con Clarín, Pilar Gamboa piensa en Sofía, su gran personaje en silla de ruedas, que no duda de reírse de sí misma a la vez que ofrece oscuridades emocionales. “Sofía me llegó bastante y fue clave el coaching que me brindó Lucrecia Gómez Boschetti”, dice sobre la joven autora cordobesa del libro Cinco Historias de una inválida imprudente y un poema para no perder la dignidad.

“Lucrecia me hizo de-solemnizar al personaje de Sofía y también estuvo en el proceso de escritura de División Palermo. Pudimos asumir riesgos e ir a fondo siempre desde el humor”, celebra Pilar Gamboa, reconocida en 2021 con el Premio Konex como Actriz de Teatro de la década.

División Palermo triunfa aún en los momentos cómicos menos efectivos por su irreverencia para mostrar a esta “guardia urbana con discapacidades” ideada desde un organismo ficticio (con psicólogos en las sombras) bajo una cínica premisa, que regresa a lo largo de los ocho episodios: “Desde el ministerio nos pidieron que resaltemos todo el temita de las minorías”.

Pero todas y todos poseen complejas historias de vida, bien lejos del discurso oficial que, en la serie, proclama la inclusión. “¿Seguridad e integración van de la mano?”, se oye en otra ridícula escena de División Palermo. Y Sofía responde: “Capacidades especiales tiene Spider-Man”.

Allí es cuando División Palermo dejará ver su amplia galería de villanos: la banda narco con Carlos Belloso, pero también la violencia institucional y el prejuicio. “Todos somos diferentes”, enseña la serie.

O como le explica a Felipe Rozenfeld (Santiago Korovsky) el oficial que interpreta Martín Garabal, arrancando el patrullero: “Mirá, una cosa es ser policía y otra muy distinta es ponerse la gorra”.

WD

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