La jueza federal María Eugenia Capuchetti delegó este miércoles en el fiscal Carlos Rívolo la investigación por el atentado contra a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La jueza federal María Eugenia Capuchetti delegó este miércoles en el fiscal Carlos Rívolo la investigación por el atentado contra a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, informaron a Télam fuentes judiciales.
La decisión se informó luego de que los abogados de la querella de la titular del Senado reclamaran ante la Cámara Federal porteña que la magistrada sea apartada de la investigación.
"Si nos frustraron la posibilidad de la prueba es porque había gato encerrado", expresó el abogado José Manuel Ubeira en la audiencia ante el juez de la sala I del tribunal de apelaciones Leopoldo Bruglia, quien ahora deberá decidir si sostiene o aparta a la magistrada que instruye el expediente por el intento de magnicidio ocurrido el 1 de septiembre.
Para los abogados de la querella, la jueza Capuchetti mostró una "completa falta de iniciativa" y habría "boicoteado" líneas de investigación, por lo que no puede seguir al frente del caso, según expresaron en la audiencia, en la que primero intervino el abogado Marcos Aldazabal (que enumeró las irregularidades en el manejo de la causa) y luego Ubeira.
"La investigación es imposible así", sostuvo Aldazabal tras enumerar lo que la querella define como "irregularidades" en la instrucción del caso: aseguró que "no se investigó" ni a la Policía Federal (por las demoras en la detención de Brenda Uliarte y el reseteo del celular de Sabag Montiel), ni la pista "Milman´, ni la línea de Carrol".
“La duda se transformó en algo insoportable, no podemos tolerar que la jueza siga siendo la jueza de esta causa. El mensaje que se da para afuera es que matar a una Vicepresidenta no tiene costo y ahora estamos en una campaña electoral. No sé si la clienta (Cristina Kirchner) se presentará o no (a elecciones), pero el próximo año va a hacer campaña”, dijo.
Y ahondó: “Tiene un hijo que va a caminar en la calle y una hija que quedó profundamentemete dañada por la actividad de este edificio y no sale de su casa”. “La imaginamos una mujer empodorada pero es una viuda que tiene dos hijos, vive en un departamento y no puede salir a la calle. En febrero cumple 70 años”, agregó Ubeira.
“Es bueno que el fuero federal tome la debida nota que si exponemos a esta mujer y el día de mañana hay un atentado contra su vida porque estos animalitos siguen sueltos, alguien se va a tener que hacer responsable y a la cabeza la ponemos a Capuchetti. Si queremos enderezar el rumbo de este asunto apartar a Capuchetti podría ser el comienzo”, afirmó el agobado.
Todo sucedió este mediodía en la audiencia que tuvo lugar en el segundo piso de Comodoro Py. Los abogados Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira esperaron en el pasillo a que el juez Bruglia arribara en hora al salón y diera inicio al trámite. Con la formalidad de rigor, Bruglia sirvió agua en las copas de los abogados y la suya, se sentó y dio la palabra.
El primero en hablar fue Alzababal, quien se encargó de la explicación técnica sobre por qué, a su criterio, debía prosperar la recusación. “Esto se presenta sin una causal especifica, nos lleva a tomar esta decisión un cúmulo de actuaciones que han llevado a que nuestra clienta y a nosotros a perder la confianza en la jueza si se sigue investigando como se está investigando”, afirmó. “Tuvimos el error de confiar en que esas irregularidades se trataban de errores aislados, y que todos nos podemos equivocar, pero cuando pasó a ser una constante en la dirección de la investigación nos dimos cuenta que esto solo puede ser una enorme causa de falencia investigativa o mala fe. Ya es evidente que hay una enorme falta de imparcialidad”, opinó el abogado.
La querella repasó la pérdida de la información del celular del atacante Fernando Sabag Montiel y se quejó de que la jueza nunca dio una explicación formal de lo que pasó y de la ruptura en la cadena de custodia. También apuntó a la demora en la detención de su novia Brenda Uliarte que finalmente concretó un secretario (“se ve que vio muchas películas de James Bond”, ironizó) y resaltó que nunca se avanzó en la investigación sobre el rol de la Policía Federal en esos episodios a la espera de un sumario administrativo del Ministerio de Seguridad mientras sí se puso bajo la lupa la actuación de los custodios de CFK.
Luego apuntó a la investigación en sí, al hacer hincapié en los mensajes del jefe de los copitos Gabriel Carrizo, que ayer CFK difundió por redes sociales y que están en la causa desde final de octubre. Y cuestionó que para la jueza ya haya quedado descartada la hipótesis que apunta a los copitos.
El capítulo en donde más se profundizó en críticas fue en la pista que involucra al lider de Nueva Centro Derecha Hernán Carroll y la pista Casablanca en donde se apunta al diputado del PRO Gerardo Milman, en base a lo que un asesor legislativo dijo haberlo escuchado decir en un bar del Congreso 48 horas antes del atentado: “Cuando esté muerta, yo voy a estar en la costa”.
La querella subrayó que esas pistas no se profundizaron, que solo se hicieron “medidas para maquillar” el freno de esas líneas y que “de esta forma es imposible llegar a nada”. “Se está investigando el intento de asesinato que podría haber cambiado la historia del país y no se quiere investigar algo que no se afectaría las garantías de nadie, salvo mínimamente”, dijo Aldazabal. Para el abogado, “ya no se trata de que no delegó la investigación sino que la jueza boicoteó”.
Fue el turno luego de Ubeira, que dio el alegato más cargado de pirotecnia verbal. “La bolsa que beneficia a los imputados esta llena”, comenzó. Apuntó a las fotos en donde Carrol aparece abrazado con los dirigentes Javier Milei o Patricia Bullrich y afirmó: “La jueza no quiere meter los pies en la política pero acá se quiso matar a la vicepresidente”.
Según explicó, CFK no quiso entrar en la investigación como querellante inmediatamente porque quería que la jueza tuviera margen para investigar. Pero “doce días el teléfono se rompió y pasó lo que pasó con Brenda Uliarte y el escape. Yo la vi dos veces a Capuchetti. No tenía ningún prejuicio, ni ninguna desconfianza. Sabemos que los jueces no salen de repollos pero eso no nos genero ningún obstáculo ni prejuicio. Dejamos que hiciera lo que tenía que hacer y hasta minimizamos el error pero a la luz de todo esto nos damos cuenta que es un plan sistemático y orquestado”.
“Si había pruebas para esclarece las terminales (políticas, esto se perdió, hay mal desempeño en el juez. Lo que eleva esto a la categoría de escándalo lo de Milman y las dos mujeres. En este edifico tiran las asociaciones ilícitas como si fueran caramelos en la kermés, pero acá no se investiga la asociación ilícita cuando se ve los chats, el intento de homicidio y lo que paso en la calle es una escalada brutal de generar u escándalo nacional”.
Fuente: Infobae