A dos meses del atentado, la Vicepresidenta cerró un congreso de la UOM. Respaldó la implementación de una suma fija, en un claro mensaje a su Gobierno.
Bajo la atenta mirada de todo el Frente de Todos, Cristina Kirchner reapareció este viernes en un acto gremial, a dos meses del atentado que sufrió en la puerta de su casa.
La Vicepresidenta afirmó que “es necesaria una suma fija que vuelva a darle capacidad al salario de los trabajadores” y le envió un mensaje al Presidente: “Es el Gobierno el que tiene que terciar en la distribución del ingreso”.
Por otra parte, advirtió que el ministro de Economía, Sergio Massa, “está haciendo un gran esfuerzo administrando las consecuencias de lo que pasó”.
“Muchas veces leo que dicen que fue un experimento la fórmula ‘que creó ella’... miren, las decisiones políticas hay que juzgarlas y evaluarlas en el momento en que fueron tomadas, cuando el macrismo había endeudado al país de manera demencial y había vuelto el FMI. Tenían una responsabilidad política de que el peronismo ganara las elecciones. No me arrepiento porque pudimos lograr el objetivo de votar en contra de políticas, no a favor o en contra de personas”, afirmó respecto a la elección de Alberto Fernández como su candidato a Presidente en el 2019.
Cristina Kirchner también se encargó de tirarle un dardo a la CGT y a las organizaciones sociales del oficialismo, como el Movimiento Evita . “No estaba muy acompañada que digamos. Muchos decía que el ciclo de CFK está terminado. Algunos movimientos sociales no veían tan mal las ayudas que recibían. Los dirigentes de la CGT no aparecían tan decididos de enfrentar esa políticas”, lanzó.
Antes, la Vicepresidenta se había referido al atentado que sufrió en septiembre. “Se cumplen exactamente dos meses y tres días de eso que todos vieron por la televisión. Yo también lo vi en televisión, yo no vi en el momento el arma con el que pretendían volarme la cabeza. En estos dos meses lo que no me podía sacar de la cabeza es qué hubiera pasado si hubieran gatillado, esa imagen para mis hijos y mis nietos”, dijo la Vicepresidenta. “La conclusión buena que saqué de todo eso es que esos presuntos indignados que agredían, insultaban, no eran indignados. Era gente pagada por empresarios que se identificaban con el macrismo”, agregó.
Luego de que la Cámara Federal porteña ordenara liberar a los miembros de la agrupación Revolución Federal acusados de amenazarla, el kirchnerismo salió de forma coordinada a acusar a los jueces de estar ligados al macrismo y de intentar proteger a los “autores intelectuales” del atentado. Es por eso que también se esperaba de Cristina Kirchner una nueva reacción contra el Poder Judicial. “Estoy resignada con una justicia que no va a investigar nada, les sirvo de acusada no de víctima a ese partido judicial”, dijo.
Cristina Kirchner fue invitada al congreso de la UOM por el secretario general del gremio, Abel Furlán, exdiputado K, que afirmó que “la inflación no nació en este Gobierno que votamos”, acusó al sector empresario de “mezquino” y también le reclamó directamente a Alberto Fernández “un bono para recuperar el salario”.
Entre el público, debajo del escenario, estuvieron el gobernador bonaerense Axel Kicillof, el referente camporista, Andrés “Cuervo” Larroque, y el senador Oscar Parrilli, entre otros. “Presidenta, Cristina presidenta, Cristina presidenta”, cantaron dirigentes y gremialistas.
Todas las peleas de Cristina y Alberto
Los antecedentes de intervenciones públicas de la vice en la previa de un viaje del jefe de Estado se remontan a los primeros días de mayo, cuando CFK irrumpió en Resistencia y alteró la agenda de Fernández en Europa. Durante 90 minutos de exposición, la dos veces presidenta nunca mencionó al jefe de Estado pero fue lapidaria. “El día del censo se cumplen tres años desde que tomé la decisión de elegir al Presidente. Si hubiera elegido al presidente del Frente Renovador (Sergio Massa); una fuerza con gobernadores; a Emilio Pérsico, de los movimientos sociales; a Héctor Daer, de la CGT; podríamos hablar de una una disputa poder. Elegí a una persona, que hoy es Presidente, que no representaba a ninguna fuerza política de las que conformaba el Frente y además me había criticado”, sostuvo, al lado del anfitrión Jorge Capitanich, uno de los tantos gobernadores del peronismo que ya decidió desdoblar comicios para no soportar el lastre.
Las palabras de la vice hicieron que los medios internacionales lo consultaran casi exclusivamente por la interna. Fernández confirmó que iría por la reelección y tres días después se desdijo. Curiosamente, ahora los diferentes actores de poder que señaló en Resistencia la vicepresidenta desafían abiertamente el poder de La Cámpora. Massa, en el ministerio de Economía, hace equilibrio entre las críticas elípticas de la vicepresidenta y los elogios explícitos de Máximo Kirchner.
Antes de emprender su siguiente travesía internacional para asistir a la Cumbre de las Américas, en Los Angeles, Alberto Fernández y CFK compartieron por última vez un escenario juntos: fue el 3 de junio en Tecnópolis por el 100 aniversario de YPF. El pedido de la vicepresidenta para que Fernández se hiciera cargo y agarrara la lapicera no fue los más recordado de esos días. Horas después, el Presidente tuvo que despedir a su amigo, el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, que había sugerido en off y en on que los funcionarios de Energía que responden a la vice estaban haciendo un negociado con la compra de tubos para el gasoducto Néstor Kirchner.
La vice se indignó en Twitter y Fernández echó a uno de los blancos preferidos del cristinismo, al que nunca le perdonaron su libro "Los tres kirchnerismos", crítico con la gestión económica de la ex presidenta. Luego, el mandatario partió a tomarse una foto con su par estadounidense Joseph Biden.
La siguiente escala del Presidente fue Munich, Alemania, para participar de la Cumbre del G-7 con los líderes más poderosos del mundo. La de CFK fue Avellaneda, al lado del flamante ex ministro Jorge Ferraresi. La vice entonces abrió fuego contra el Movimiento Evita, la organización social que servía como base de sustentación del mandatario. “Si los viera Evita, mamita”, ironizó. Fernández aquella vez no solo recibió el fuego amigo de la titular del Senado, también escuchó las quejas públicas de la renacida liga de los gobernadores (peronistas) que reclamaron a viva luz medidas contra la inflación.
El Presidente buscaba sostener por aquellos días a capa y espada al ministro de Economía Martín Guzmán, que tuvo que -contra su deseo y ante la indignación de otros integrantes del Gabinete-, decidió bajarse del avión a Alemania.
El 2 de julio, el ex ministro tuvo su venganza. Renunció, como quería la vice, mientras Cristina Kirchner advertía al Presidente sobre el resultado electoral del año que viene. “Espero que los que hoy tienen responsabilidades más altas que yo hagan ganar al peronismo en 2023”, dijo la vice que cuando terminó de exponer ignoraba la renuncia en Twitter del profesor de Columbia. La salida intempestiva de Guzmán forzó el diálogo quebrado entre los Fernández. La salida del nueva ministra Silvina Batakis y la designación de Sergio Massa, en su lugar, volvió a obligarlos a sentarse en la misma mesa.
El 8 de julio, CFK hizo su última presentación en El Calafate. Entonces aprovechó para pasarle la factura al ex ministro. “(La renuncia de Guzmán) fue un acto de ingratitud hacia el Presidente. Este Presidente había bancado a este ministro de Economía como nadie, ¿se merecía eso?”, se preguntó en su presentación más conciliadora con Fernández.
El ataque contra la vicepresidenta el 1 de septiembre, la última vez que la ex mandataria se mostró en público, volvió a sentarlos en la misma mesa. La conciliación no fue tal. Ni siquiera alcanzó que el Presidente empezara su discurso ante las Naciones Unidas con una condena al fallido atentado. La vicepresidenta nunca agradeció ese gesto ni en público ni en privado.
Antes del viaje relámpago del mandatario a Brasil, este lunes, para felicitar a Lula por su triunfo electoral, una diputada de La Cámpora logró que el presidente electo se pusiera una gorra con la inscripción CFK 2023. Los colaboradores del ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, que también estaba en San Pablo, se encargaron de difundirla.
Ahora, ni los más estrechos colaboradores de la ex presidenta conocen el contenido de su discurso en Pilar. “Pero Cristina no decepciona y Máximo tampoco”, suele señalar un dirigente camporista antes de cada aparición de los jefes. El titular del PJ bonaerense hablará este sábado, cuatro días antes de que Fernández vuelva a subirse a un avión.
Fuente: Clarin.com