Para el oficialismo, el Capítulo 11 funcionaba como el "candado" indispensable para blindar las arcas públicas y evitar que el Estado vuelva a gastar por encima de sus ingresos.
La Casa Rosada ha decidido jugar a todo o nada. Tras el rechazo del Capítulo 11 en la Cámara de Diputados, el Gobierno nacional advirtió que el presidente Javier Milei está dispuesto a vetar el Presupuesto 2026 si el Senado no repone el articulado clave durante la próxima semana. Para el Ejecutivo, la caída de ese apartado no es una contingencia parlamentaria, sino un desafío directo al corazón de su programa económico.
Desde el entorno presidencial, la lectura del conflicto trasciende la técnica legislativa. No se habla de errores de negociación, sino de una confrontación de fondo: superávit contra déficit. Para el oficialismo, el Capítulo 11 funcionaba como el "candado" indispensable para blindar las arcas públicas y evitar que el Estado vuelva a gastar por encima de sus ingresos.
"Este presupuesto, tal como salió, no nos sirve", afirman fuentes oficiales. El argumento libertario es que la oposición -integrada por el kirchnerismo, la izquierda y sectores aliados- no ha procesado el "mensaje de las urnas", que según Milei, exigió un orden fiscal innegociable.
Lo que más impacto causó en los despachos de Balcarce 50 fue la ruptura de la "convivencia pragmática" con un grupo de gobernadores que, hasta ahora, mantenían un diálogo fluido con el Ejecutivo. En el Gobierno ya se habla abiertamente de "traición" y se señalan nombres propios.
- Gobernadores del PJ y fuerzas provinciales: Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Rolando Figueroa (Neuquén).
- Terminales de la UCR: Diputados que responden a los mandatarios Alfredo Cornejo (Mendoza), Leandro Zdero (Chaco) y Gustavo Valdés (Corrientes).
La estrategia gubernamental para los próximos días consiste en una presión pública y política máxima. El objetivo es que el Senado actúe como cámara revisora y reponga el texto original. De lograrse, el proyecto regresaría a Diputados, otorgando al oficialismo una segunda oportunidad para reconstruir el presupuesto "a medida" del plan económico de Milei.
La advertencia final es de carácter binario: el Gobierno sostiene que quienes votaron en contra buscan "atrapar" al Presidente en un esquema de gasto deficitario. En esta lógica de confrontación, la administración libertaria busca exponer a los mandatarios provinciales, obligándolos a elegir entre el nuevo esquema de responsabilidad fiscal o el retorno al modelo anterior.