Mendoza Por Luciana Godoy, Mnews 

Entre enseñar y ser vigilados: la libertad docente frente a la nueva medida de la DGE

Este lunes la Dirección General de Escuelas implementó un nuevo sistema y los educadores deben enfrentar otro sistema de control más.

Miercoles, 1 de Octubre de 2025

"El buen salario, el buen vestir y la libertad educan a un adulto como la escuela a un niño", escribió Domingo Faustino Sarmiento.

Lo curioso es que estas palabras parecen recordarse solo cada 11 de septiembre, cuando se enaltece, se idolatra y se agradece a los docentes por su labor. Pero fuera de esa fecha, la realidad muestra otra cara: la de maestros que deben transformarse en "Colapintos" modernos, trasladándose a escuelas de un extremo a otro para poder reunir un salario apenas digno.

Ahora bien, si ya el "buen salario" parece una utopía, preguntémonos qué ocurre con la libertad.

Este lunes, la Dirección General de Escuelas (DGE) presentó una nueva funcionalidad en el sistema GEI PAD que habilita a las familias a notificar la inasistencia de los docentes. El comunicado oficial asegura que la medida "no modifica los procedimientos de control ya vigentes" -libro de asistencias y control biométrico- sino que busca "transparencia" y "fortalecer la seguridad laboral".

Pero, ¿qué diría Sarmiento de este nuevo mecanismo? ¿Dónde queda la libertad de enseñar si el maestro pasa a estar bajo la vigilancia no solo del Estado, sino también de los padres de sus alumnos?

En lugar de protegerlos, se los expone aún más. No olvidemos los casos de progenitores que ingresan a las escuelas para amenazar o golpear a los docentes, o de aquellos que los hostigan desde la vereda observando cada gesto. Con este nuevo control, el maestro se convierte en blanco aún más fácil.

La pregunta se impone: ¿era realmente necesario sumar una capa más de vigilancia? ¿Hasta dónde vamos a seguir pisoteando la moral de quienes sostienen, con esfuerzo y vocación, el futuro de nuestros hijos?

Sarmiento veía en el salario digno y en la libertad pilares fundamentales para la educación de los adultos. Hoy, en pleno siglo XXI, pareciera que ambos siguen siendo deudas pendientes.

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