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Día del Colectivero: La historia del primer chófer

El 24 de septiembre de 1928 marcó un antes y un después en la movilidad urbana de Buenos Aires.

Miercoles, 24 de Setiembre de 2025

El 24 de septiembre de 1928 marcó un antes y un después en la movilidad urbana de Buenos Aires. Ese día, un conductor desconocido para muchos se subió a un vehículo adaptado, listo para recorrer la ciudad llevando pasajeros que compartían un mismo viaje. Así nació la figura del colectivero argentino, un oficio que hoy mueve millones de personas cada día, pero que en sus comienzos fue un acto de audacia y visión.

Se sabe poco sobre su nombre, pero sí se recuerda su gesto: transformar un simple taxi en un transporte colectivo, estableciendo la primera ruta fija de la ciudad. Su vida estaba ligada a las calles, a los pasajeros que subían y bajaban en cada esquina, y a los desafíos de manejar un vehículo por avenidas y barrios que apenas comenzaban a urbanizarse.

No era un trabajo fácil. Las calles eran irregulares, la señalización escasa y la tecnología automotriz, todavía incipiente. Cada viaje exigía destreza, paciencia y un compromiso con los ciudadanos que confiaban en su conducción. Sin embargo, este pionero veía más allá: entendía que su tarea no era solo llevar personas de un punto a otro, sino hacer del transporte un servicio que conectara vidas y oportunidades.

Con el paso de los años, su labor dio origen a empresas organizadas, recorridos estandarizados y normas laborales que protegieron a quienes elegían este oficio. Y aunque su nombre se haya perdido en la memoria colectiva, su legado vive cada vez que un colectivo arranca con sus pasajeros: en ese instante, el espíritu del primer colectivero sigue guiando la ciudad.