Tras hacerse pública la epístola, desde el gobierno estadounidense descartaron que la firma de la carta al magnate, declarado culpable en 2008 de prostitución de menores, fuera del mandatario.
Tras hacerse pública la epístola, desde el gobierno estadounidense descartaron que la firma de la carta al magnate, declarado culpable en 2008 de prostitución de menores, fuera del mandatario.
La que se le atribuye a Trump es una carta con un texto que recoge una conversación ficticia entre Trump y Epstein, rodeado por el dibujo de la silueta de una mujer desnuda e incluye una firma manuscrita con el nombre "Donald", muy similar a la rúbrica del presidente estadounidense.
Trump ya había negado rotundamente que él sea el autor de esa misiva, argumentando que él no sabe dibujar.
Tras hacerse pública la epístola, el vicejefe de Gabinete del Gobierno, Taylor Budowich, descartó que la firma de la carta al magnate, declarado culpable en 2008 de prostitución de menores, fuera del mandatario, comparándolo con imágenes de sus rúbricas más recientes.
Sin embargo, The New York Times analizó varias cartas del ahora presidente, escritas durante la época de Epstein que tenía archivadas, y reveló que utiliza firmas distintas según se trate de su faceta como mandatario o de su vida personal.
En todos los documentos revisados, enviados a funcionarios de Nueva York y al exalacalde Rudy Giuliani entre 1987 y 2001, Trump firmó solo con su nombre y sin apellido o iniciales, algo que suele reservar para notas personales, e incluyó una característica línea larga al final de su nombre, en un gesto muy similar a la firma estampada en el mensaje para Epstein.
La transferencia de documentos del llamado archivo Epstein al Congreso de Estados Unidos se produjo tras semanas de intensa agitación entre las bases de apoyo del expresidente Donald Trump, luego de que en julio el Departamento de Justicia anunciara que no se divulgaría más información sobre el pederasta neoyorquino, quien se suicidó en 2019.
.jpeg)
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó que todas las opciones siguen sobre la mesa dentro de la estrategia de Donald Trump para forzar a Vladimir Putin a negociar con Kiev. Washington y Bruselas discuten nuevas sanciones, aranceles al petróleo ruso y el uso de activos congelados