El descenso del valor del billete estadounidense y la inflación mensual en pesos generan que suban los costos en dólares de las propiedades.
La reciente convergencia del dólar libre con el tipo de cambio oficial trajo calma al mercado cambiario, generando un abaratamiento en los precios expresados en dólares. Sin embargo, al calcular los costos en pesos convertidos a divisas, se evidencia un encarecimiento relativo en sectores como el inmobiliario, donde ahora se necesitan más dólares para construir o adquirir propiedades que hace un año.
Actualmente, el dólar libre ronda los $1.060, acumulando un aumento de solo el 5% en lo que va del 2024, mientras que la inflación alcanzó un 110% en el mismo período. Este desfasaje ha provocado un alza en los valores de los inmuebles terminados, impulsada también por el crecimiento en la demanda de propiedades, favorecida por el auge de los créditos hipotecarios UVA.
Según Germán Gómez Picasso, director de Reporte Inmobiliario, "los productos más buscados y mejor ubicados en la Ciudad de Buenos Aires han incrementado su precio un 14% en dólares en el último año". Esta tendencia está vinculada al resurgimiento del crédito hipotecario: el Colegio de Escribanos porteño registró en octubre el mayor volumen de escrituras de los últimos seis años, superando las 6.000 operaciones mensuales.
En términos de financiamiento, los créditos UVA han crecido de manera exponencial. Mientras que en enero apenas se otorgaron $2.200 millones, en octubre esa cifra superó los $207.600 millones, marcando un aumento del 9.300% en diez meses. Actualmente, el 17% de las operaciones inmobiliarias en Buenos Aires se realiza con este tipo de préstamos, de acuerdo con Mariano Braun, cofundador de Micelio Desarrollos.
El resultado es un cambio estructural en el mercado: el "dólar barato" ha elevado los valores en metros cuadrados y fomentado una mayor demanda de propiedades apalancada en financiamiento.
Ante este panorama, expertos sugieren apostar por lotes en desarrollo ("en pozo") como una opción de inversión con alto potencial de valorización y costos operativos reducidos. Braun señala que los terrenos en barrios cerrados en etapas tempranas ofrecen retornos de hasta un 80% en dólares en plazos de 24 a 36 meses. "La ventaja es que no hay costos asociados hasta la posesión, lo que hace de esta inversión una estrategia eficiente en un mercado donde construir es menos rentable", explica.
Zonas como Pilar, en Buenos Aires, siguen mostrando oportunidades de valorización. Proyectos en desarrollo incluyen la apertura de colegios de prestigio y un centro comercial sobre la ruta 28, con servicios como un supermercado, centro médico y gimnasio, lo que incrementa el atractivo de la región. Actualmente, terrenos que hace 15 años costaban menos de USD 40.000 han alcanzado los USD 300.000.
Para Gómez Picasso, las condiciones actuales favorecen la compra de propiedades terminadas. "Con el dólar bajo, hoy conviene más adquirir una vivienda ya construida que embarcarse en un proyecto de construcción", afirma. En cuanto a los créditos UVA, si bien no representan una oportunidad de negocio, sí resultan una alternativa más rentable para quienes buscan dejar de alquilar.
En conclusión, la coyuntura actual del mercado inmobiliario, marcada por un dólar libre estable y un aumento en la financiación, redefine las oportunidades de inversión y consumo. Lotes en desarrollo y propiedades terminadas se presentan como las mejores alternativas en un sector que sigue ajustándose a las nuevas condiciones económicas.
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