En estos días se han intensificado las manifestaciones en Georgia, registrándose diversos enfrentamientos con la policía. ¿Pero cuáles son las causas del conflicto? Revisa aquí todos los detalles.
En los últimos días, las calles de Georgia han sido escenario de intensas manifestaciones que han derivado en enfrentamientos con la policía. La raíz del conflicto radica en el giro político del país respecto a su proceso de adhesión a la Unión Europea (UE), una decisión que ha desatado el descontento de miles de ciudadanos.
Las tensiones se agudizaron a finales de octubre tras unas elecciones disputadas en las que el partido gobernante, Sueño Georgiano, se adjudicó la victoria. Estos comicios fueron vistos como un referéndum sobre el futuro del país en la UE. Aunque la mayoría de los georgianos apoya la integración europea, el gobierno anunció el 28 de noviembre la suspensión de las negociaciones de adhesión hasta 2028.
El primer ministro Irakli Kobakhidze justificó la medida citando irregularidades señaladas por el Parlamento Europeo y acusó a la UE de "chantajear" al país y promover una "revolución". Además, Georgia rechazó las subvenciones de la UE, lo que exacerbó la crisis política.
Miles de ciudadanos proeuropeos salieron a protestar en la capital, Tbilisi, y en otras ciudades como Khashuri y Poti. Los manifestantes, portando banderas de Georgia y de la UE, corearon consignas contra el gobierno mientras la policía respondía con gases lacrimógenos y cañones de agua. Según medios locales, más de 100 personas fueron detenidas y decenas resultaron heridas en los enfrentamientos.
La respuesta policial ha sido duramente criticada por la presidenta Salomé Zourabichvili, quien condenó el uso de la fuerza y comparó la represión con tácticas "al estilo ruso".
Georgia, independiente desde 1991 tras el colapso de la Unión Soviética, ha buscado acercarse a Europa. Sin embargo, su relación con Rusia sigue siendo un punto sensible. El país fue invadido por Rusia en 2008, y actualmente, el Kremlin ocupa el 20% del territorio georgiano.
El creciente flujo de ciudadanos rusos a Georgia tras la guerra en Ucrania ha generado tensiones internas, mientras muchos temen una "rusificación" progresiva del país.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. Estados Unidos y la UE han condenado la represión de las protestas y el aparente alejamiento de Georgia del camino democrático. Washington incluso suspendió su asociación estratégica con el país, instando al gobierno a retomar las reformas democráticas y respetar los derechos de reunión y expresión.
Por su parte, el Kremlin ha negado cualquier injerencia, pero figuras como Dmitry Medvedev han advertido que Georgia podría seguir un camino similar al de Ucrania, lo que "terminaría muy mal".
El gobierno insiste en que mantiene su compromiso con la integración europea, pero la suspensión de las negociaciones ha sembrado dudas tanto dentro como fuera del país. Mientras tanto, los georgianos continúan en las calles, exigiendo que su voz sea escuchada y que el sueño de pertenecer a Europa no se desvanezca.