Desde hace años, la industria metalúrgica argentina atraviesa una crisis de escasez de mano de obra calificada. Al respecto, hoy caen estereotipos de género, en especial en sectores como la soldadura.
La industria metalúrgica argentina vive un momento de escasez de talentos y mano de obra calificada que, en alguna medida, se ve contrarrestada por el fin de los estereotipos de género. Con ayuda de la tecnología el sector impulsa una mayor participación femenina que promueve una cultura de diversidad, innovación y el compromiso con la equidad en cada proceso.
Por ejemplo, la actividad de la soldadura ha sido considerado por años como una labor "??masculina"?. Este estereotipo desalienta a muchas mujeres a optar por este camino profesional que hoy más que nunca requiere profesionales calificados. A esto se suma la falta de programas de formación específicos, que dificulta el desarrollo de las competencias necesarias para acceder a puestos en esta área. Como consecuencia, se pierde el potencial de innovación y diversidad que las mujeres pueden aportar a la industria.
Sin embargo, en los últimos años, la tecnología ha empezado a cambiar esta situación. La introducción de robots colaborativos, como el XBOT de Axo Welding, ha transformado el perfil de los trabajos de soldadura, haciéndolos más accesibles para las mujeres.
Estos avances tecnológicos reducen la necesidad de esfuerzo físico, tradicionalmente asociado a esta labor, y facilitan el acceso a puestos que antes parecían inalcanzables. Además, la implementación de robots y sistemas automatizados en soldadura requiere nuevas habilidades técnicas, creando una oportunidad para que mujeres capacitadas se integren y prosperen en el sector. La tecnología, por tanto, actúa como un catalizador para una industria de soldadura más inclusiva y diversa.
Asimismo, para operar robots y sistemas automáticos de soldadura, las mujeres, al igual que cualquier otra persona, necesitan adquirir una serie de competencias técnicas y habilidades clave. Conocimientos en mecánica y electrónica son esenciales para manejar el equipo y comprender los procesos de soldadura.
Además, las habilidades de programación son fundamentales, ya que muchas de las tecnologías de soldadura automatizada requieren cierto nivel de codificación o ajustes de parámetros. La capacidad de resolver problemas y de pensamiento crítico también son indispensables, pues ayudan a responder eficazmente ante situaciones inesperadas y por supuesto, la formación continua en nuevas tecnologías es igualmente crucial en un sector en constante evolución.
La diversidad de enfoques y perspectivas permite generar soluciones más innovadoras y eficaces, contribuyendo a un aumento en la eficiencia de los procesos. Además, un entorno laboral más inclusivo fomenta la colaboración y la resiliencia en los equipos, lo cual es clave en una industria tan exigente como la metalúrgica. Este cambio hacia un espacio de trabajo más equitativo también envía una señal positiva a las nuevas generaciones, alentando a jóvenes de todas las identidades a explorar carreras técnicas.
En Argentina, aún existen desafíos específicos para incrementar la participación femenina en la soldadura automatizada. La cultura laboral tradicional sigue reforzando estereotipos de género, dificultando que las mujeres vean en la soldadura una opción de carrera viable.
También es limitada la oferta de programas de educación técnica accesibles y atractivos para mujeres interesadas en el sector. En este contexto, Grupo Baw, en colaboración con la Universidad Tecnológica Nacional, ha implementado un curso de soldadura, que facilita el acceso y promueve la confianza en nuevas habilidades.
Sin duda, la inclusión de mujeres en tareas de soldadura apoyadas por tecnología está cambiando la cultura de la industria metalúrgica, tradicionalmente dominada por hombres. Al ver a mujeres desempeñándose con éxito en este campo, los estereotipos que limitan las oportunidades de desarrollo se debilitan, creando una cultura más inclusiva. Este cambio no solo inspira a jóvenes de todos los géneros a estudiar carreras técnicas, sino que también contribuye a la creación de entornos laborales más seguros.