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Javier Milei en el G20: fuerte oposición a la agenda de Lula y expectativa por la reunión con Xi Jinping

En la previa, la postura argentina sobre políticas ligadas al cambio climático y la igualdad de género despierta incertidumbre en el foro internacional.

Lunes, 18 de Noviembre de 2024
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Javier Milei debutará en la cumbre del G20 este lunes y martes en Río de Janeiro. Su esperada participación corona una semana de gran impacto en su agenda internacional y amenaza con opacar la figura del anfitrión, Luiz Inacio Lula da Silva. El foro reúne a 20 países industrializados y emergentes de todos los continentes.

El Presidente siente que vive su mejor semana desde que se sentó en el sillón de Rivadavia el 10 de diciembre del año pasado. En apenas un puñado de días enhebró dos aciertos y ninguna falla.

La economía le sonríe al mandatario: el último martes el Índice de Precios al Consumidor (IPC) arrojó un promisorio 2,7%, mientras que el viernes el Riesgo País cerró en 776, el número más bajo de los últimos cinco años.

Ese panorama económico se sumó a otros números que también se pintan de color verde en favor del Gobierno: la construcción subió 2,4%, la actividad industrial de las Pymes saltó 4% intermensual y también se frenó la caída del consumo.

El plano judicial también le arrojó buenas noticias. Este miércoles, la Cámara Federal de Casación Penal le confirmó la condena a Cristina Kirchner, actual presidenta del PJ nacional, a la que Milei encumbra como única referente de la oposición. Casi en simultáneo, el Gobierno decidió sacarle la jubilación de privilegio a la expresidenta. Es Milei o Cristina, es él o el caos del pasado.

En el medio, el PRO se debate entre conservar su identidad o sumarse a la escudería de Milei; el peronismo no K (Schiaretti, Randazzo y Pichetto, entre otros) busca el camino para hacer visible y la UCR se fractura en proyectos antagónicos.

Ya en el plano internacional, Milei siente que su talla de líder creció a niveles planetarios. Participó de la cumbre conservadora de la CPAC (Conferencia Política de Acción Conservadora]) como el único presidente invitado y ratificó su sintonía personal y política con Trump.

En Estados Unidos habló sobre la defensa de la libertad y "le dio clases de desregulación" al magnate Elon Musk. Incluso es bien visto por Marco Rubio, el secretario de Estado (versión americana del canciller), que había elogiado cuando meses atrás vino a la Argentina.

Luiz Inacio Lula da Silva recibe a la jefa de gobierno italiana Giorgia Meloni a su llegada a Río.

Con ese respaldo, el mandatario argentino se reunió ayer con Emmanuel Macron y llegó a la cumbre del G-20. Mientras esa organización internacional pretende defender el cambio climático y avanzar en políticas contra la pobreza y las cuestiones de género, el presidente argentino sostiene que esa es una agenda woke, progresista, que plantea temas impuestos por el globalismo. Ese es casualmente el título del último libro de Agustín Laje, el intelectual más cercano al presidente libertario.

Es con esa impronta que Milei llegó ayer a la cumbre. Se reunirá mañana con Xi Jinping, porque China es el mercado mundial más dinámico, y también con Kristalina Georgieva para avanzar en la negociación de un nuevo crédito.

Milei viene dando un giro drástico en la política exterior. Después del despido de Diana Mondino, apretó el acelerador en su agenda conservadora, con posiciones polémicas en votaciones de la ONU, aunque con una inédita reorientación pragmática que lo llevó a pautar una reunión bilateral con su par chino, Xi Jinping, durante el G20.

El presidente puso bajo un paraguas su oleada de críticas contra China y aceptó explorar nuevos mecanismos de asociación con un país que puede resultar clave ante el hiperproteccionismo que amenaza adoptar Trump en su segunda presidencia, más allá de su conocida sintonía ideológica y sus deseos de firmar un futuro acuerdo comercial de libre comercio bilateral con Washington.

Milei no tiene pautada una reunión con Lula, aunque esta vez no podrán ignorarse en el saludo protocolar al ser el presidente brasileño el anfitrión de la cumbre. Lula quiere recuperar la iniciativa perdida en la agenda internacional, pero su par argentino amenaza con opacar su figura frente a su estrategia de oponerse a cualquier atisbo de agenda "woke" que surja de la declaración final.

La desconfianza entre ambas delegaciones es evidente.

Pero Milei siente que ya no es el presidente de un país eternamente mendicante, demandante de préstamos para no quebrar, sino que se transformó en un referente indiscutido de la derecha, el piloto número 2 de la escudería que encabeza Trump.

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