El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, designó como portavoz de la Casa Blanca a Karoline Leavitt, quien fue el rostro de su campaña como portavoz y también formó parte del equipo de comunicaciones de la Casa Blanca durante su primer mandato (2017-2021).
"Karoline Leavitt realizó un trabajo excepcional como portavoz nacional de prensa en mi histórica campaña y me complace anunciar que será la portavoz de la Casa Blanca", declaró Trump en un comunicado.
El mandatario describió a Leavitt como "inteligente" y "dura" y afirmó que "ha demostrado ser una comunicadora sumamente eficaz".
"Tengo plena confianza en que sobresaldrá en el podio y nos ayudará a transmitir nuestro mensaje al pueblo estadounidense mientras hacemos a Estados Unidos grande de nuevo", subrayó, repitiendo el lema 'Make America Great Again' de todas sus campañas presidenciales.
Cuando Trump asuma el cargo el 20 de enero de 2025, Leavitt se convertirá con 27 años en la secretaria de prensa más joven de la Casa Blanca. Antes que ella, Ron Ziegler, de 29 años, ejerció como portavoz durante la presidencia de Richard Nixon (1969-1974).
Leavitt trabajó como asistente de prensa en la primera Administración de Trump y, en 2022, se postuló para el Congreso en el estado de Nuevo Hampshire. Ganó las primarias republicanas del primer distrito, pero perdió en las elecciones generales frente al demócrata Chris Pappas.
También, se desempeñó como portavoz de la congresista republicana Elise Stefanik, de Nueva York, aliada de Trump, a quien recientemente se le designó por parte del expresidente como embajadora de Estados Unidos ante la ONU.
Además, este año dio la bienvenida a su primer hijo y es reconocida por su ferviente devoción católica.
Sin embargo, durante su tiempo en la Casa Blanca, Trump, quien ha mantenido una relación conflictiva con la prensa y ha calificado a los medios como "enemigos del pueblo" y "noticias falsas", ordenó a su equipo de comunicaciones romper con la tradición de las ruedas de prensa diarias.
En consecuencia, las ruedas de prensa se volvieron esporádicas bajo la era Trump, dependiendo del secretario de prensa que en ese momento ejercía el cargo. De hecho, se estableció un récord de más de 300 días sin comparecencias del portavoz entre marzo de 2019 y enero de 2020.