La apreciación del denominado "super peso", fue analizada por especialistas, quienes resaltaron los múltiples factores detrás de este fenómeno.
En la última rueda de la semana, el dólar blue se vende este viernes a $1.215 en las cuevas del microcentro porteño. En el segmento bursátil, el dólar contado con liquidación se negocia a $1.179; mientras que el dólar MEP opera en $1.160.
La economía argentina ha sido escenario de una intensa volatilidad en los últimos años. Sin embargo, los últimos indicadores económicos parecen apuntar hacia un horizonte más prometedor. Según un consenso entre los principales analistas del mercado, las políticas de ajuste fiscal y monetario implementadas por el gobierno actual están comenzando a dar sus frutos.
La disciplina fiscal, acompañada de un fuerte control monetario, ha logrado doblegar la inflación, un flagelo que ha aquejado a la economía argentina durante décadas. Los expertos destacan que el quiebre de la barrera del 4% en la inflación y las proyecciones de una desaceleración aún mayor en los próximos meses son señales alentadoras.
No obstante, este proceso de estabilización ha tenido un costo en términos de actividad económica. La contracción del producto interno bruto y el aumento del desempleo son el reverso de la moneda de un ajuste tan profundo. A esto se suma un contexto social marcado por la conflictividad, que ha generado tensiones entre el gobierno y distintos sectores de la sociedad.
Sin embargo, los analistas consultados coinciden en que el panorama comienza a cambiar. La confianza de los inversores se ha recuperado significativamente, impulsada por una serie de factores como el superávit fiscal sostenido, la mejora en las reservas internacionales y la mayor claridad en las reglas de juego económicas. Además, el sector privado ha mostrado un mayor dinamismo, especialmente en aquellos sectores que han logrado adaptarse a las nuevas condiciones del mercado.
Si bien los desafíos aún son numerosos, los expertos consideran que las bases para una recuperación económica sostenida se están consolidando. La eliminación de restricciones al comercio exterior, la simplificación de trámites burocráticos y la mayor previsibilidad en las políticas económicas son algunos de los factores que podrían impulsar el crecimiento en los próximos años.
Para la sociedad de bolsa Grupo IEB, la disciplina fiscal y monetaria se vio reflejada en el último dato de inflación, logrando finalmente el quiebre de la barrera del 4,0%, que estaba instalando una percepción de "sticky inflation" (inflación pegajosa) y reflejándose también en los datos de alta frecuencia, con numerosas consultoras estimando niveles en torno al 3,0% e incluso por debajo para octubre.
No obstante, indicaron que el ordenamiento fiscal y monetario, además del impacto positivo en el control de la inflación, ha tenido como efecto colateral una caída importante en el nivel de actividad, con un impacto social directo, particularmente en el nivel de empleo. Este impacto negativo sobre el nivel de actividad económica ha sido agravado por algo de ruido por el lado de la conflictividad social, dado el reciente veto a la Ley de Financiamiento Universitario y hace algunas semanas al incremento a las jubilaciones, tocando fibras sensibles en la sociedad como son la educación y los jubilados.
En sentido, señalaron que el actual estado de conflictividad representado en la toma de universidades y deterioro en los índices de confianza en el gobierno tiene dos componentes, por un lado, la política y, por otro lado, la económica. Con respecto a la primera, estimaron que hay sectores de la oposición que aprovechan estas circunstancias para intentar hacer mella en el apoyo de la sociedad al actual gobierno y a su política de ordenamiento macroeconómico.
Según sus expertos, el estado de la actividad económica en su conjunto es muy heterogéneo, con algunos de ellos como el sector agropecuario que prácticamente no fueron afectados y otros como el comercio o la industria con rendimientos más flojos, por lo que percibieron que el peor momento del año habría sido entre abril y mayo, comenzando a observarse una recuperación, pero manteniéndose el comportamiento diverso.
De acuerdo con la consultora 1816, en los primeros meses de Milei el mercado era algo escéptico en el frente fiscal, poniendo en duda la sostenibilidad de un superávit alcanzado con un ajuste muy veloz pero logrado en parte gracias a factores transitorios (como la licuación de jubilaciones y salarios, junto con el aporte del impuesto PAIS).
A fuerza de resultados, sin embargo, resaltaron que el Gobierno convenció a los inversores de que el superávit era innegociable y que septiembre haya sido el noveno mes consecutivo con superávit primario.
"Desde mayo, con lo fiscal ya consolidado, señalaron que las dudas en torno al programa económico se concentraron en el frente cambiario, porque con reservas netas negativas por alrededor de u$s-6.000 millones (descontando los pagos de Bopreal de los próximos 12 meses), 20% de las exportaciones liquidándose en el CCL (lo que hace que, de mantenerse el blend, el comercio exterior no dejaría saldo a favor en el dólar oficial el año que viene) y vencimientos de deuda pública por u$s 20.000 millones durante 2025 no era claro de dónde saldrían las divisas para cancelar dichas obligaciones.
"Pero en septiembre aparecieron dólares para el sector privado (por un blanqueo que superó ampliamente las expectativas y por el auge de colocaciones en el mercado internacional de deuda corporativa) y el mercado "la empezó a ver". Así, el CCL llegó a su nivel más bajo en años de cepo y los Globales volaron 20% en un mes y medio", señalaron.
Asimismo, resaltaron que lo más interesante de todo es que la fortaleza del Peso y el rally de los activos financieros locales se dio en un contexto de debilidad de la deuda emergente, con la soja bajando a la zona de u$s 360 la tonelada y con el Real Brasilero debilitándose mucho durante octubre.
"El optimismo no se limita a los activos dolarizados: el mercado de renta fija en moneda local incluso pasó a meter en los precios de los bonos un escenario de inflación en torno a 2,3% para mediados de 2025", destacaron.
Según el bróker Grupo IEB, la recesión de la actividad económica fue la consecuencia del reordenamiento fiscal y monetario, instrumentos necesarios para impulsar la inflación a la baja. Pero aclararon que el deterioro en el nivel de actividad no comenzó con esta administración, se detecta un estancamiento de la economía desde aproximadamente 2011, fruto de una de combinación de incertidumbre económica, inestabilidad en las reglas de juego y de un proceso de acumulación de regulaciones.
"Hoy el gobierno se encuentra progresivamente desarmando regulaciones, particularmente destacándose el acortamiento de plazos para el pago de importaciones y la eliminación de las SIRA, permitiendo normalizar el flujo en una economía con un elevado grado de dependencia de las importaciones. De todas formas, aún queda mucho trabajo por hacer de cara a la liberación del cepo", comentaron.
No obstante, resaltaron que en la actualidad se detecta un clima muy constructivo en relación con el año pasado en el hecho de haberse facilitado el proceso de pago de importaciones, y que el tiempo que el año pasado era necesario dedicar a la interpretación de las comunicaciones del BCRA ahora puede enfocarse en la búsqueda de nuevos negocios o el mejoramiento de los existentes.
"Todo esto nos lleva a pensar que la recuperación económica tiene altas chances de sostenerse en el tiempo, ayudando a disminuir las preocupaciones sociales. Obviamente quedan una serie de desafíos a superar que permitan avanzar el proceso de liberación del cepo", concluyeron. (iProfesional)