La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) obtuvo información sobre aproximadamente 145.000 cuentas bancarias pertenecientes a residentes fiscales argentinos en Estados Unidos, con un corte a diciembre de 2023. Este intercambio se enmarca en el acuerdo de la Ley de Cumplimiento Tributario de Cuentas Extranjeras (FATCA, por sus siglas en inglés), un convenio impulsado durante la gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía para fortalecer la fiscalización y combatir la evasión fiscal.

La recepción de estos datos coincide con la implementación del Régimen de Regularización de Activos -más conocido como blanqueo de capitales-, cuya primera fase fue prorrogada hasta el 31 de octubre. El objetivo del blanqueo es que los contribuyentes regularicen bienes no declarados, tanto en el país como en el exterior, sin enfrentar sanciones severas. Los datos obtenidos permitirán a la AFIP cruzar información con las declaraciones locales y detectar posibles inconsistencias, lo cual podría generar un incentivo adicional para la adhesión al régimen.

Alcance y limitaciones del acuerdo FATCA

El acuerdo FATCA, vigente desde 2023, abarca datos específicos de las cuentas bancarias de personas físicas, incluyendo los montos de intereses y dividendos percibidos. Sin embargo, la información no contempla los movimientos de las cuentas ni el detalle de beneficiarios finales, lo que limita parcialmente la capacidad de detección de estructuras más complejas, como sociedades offshore o trusts, utilizados habitualmente para ocultar activos. A pesar de ello, se espera que el flujo de información permita a la Argentina reforzar la fiscalización sobre el segmento de contribuyentes con cuentas personales en Estados Unidos.

De acuerdo con la normativa, el gobierno estadounidense comparte información únicamente de aquellas cuentas que generen al menos 10 dólares en concepto de intereses anuales. Sebastián Domínguez, CEO de SDC Asesores Tributarios, explicó: "Estados Unidos remite datos sobre cuentas de depósito en la medida en que el titular sea una persona humana residente en la Argentina y se hayan pagado más de USD 10 en intereses durante el año". Esto deja fuera del radar a cuentas con montos bajos o inactivas, lo cual podría reducir el número efectivo de contribuyentes identificados en cada intercambio.

Un contexto de fiscalización global

Argentina no solo depende de los datos obtenidos mediante FATCA, sino que también cuenta con acuerdos de intercambio de información tributaria con más de 140 países, entre ellos Uruguay, Suiza y las Islas Caimán, tradicionales destinos de capitales no declarados. Estos convenios, suscritos bajo los lineamientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), han permitido al país tener una visión más integral de la situación financiera de sus residentes en el exterior. Sin embargo, FATCA se diferencia por estar focalizado exclusivamente en el reporte de rentas y activos mantenidos en Estados Unidos, una jurisdicción clave para el resguardo de capitales argentinos.

"El acuerdo FATCA no tiene retroactividad, por lo que solo se obtendrá información desde enero de 2023 en adelante", detalló Domínguez. A diferencia de Argentina, otros países que firmaron el acuerdo con EE.UU. han logrado aplicar este intercambio de manera retroactiva, lo que aumenta considerablemente la capacidad de fiscalización. Esta diferencia temporal implica que las autoridades locales podrían estar recibiendo datos limitados en cuanto a períodos anteriores, pero no deja de representar un avance significativo en el contexto de las políticas de transparencia financiera.

Impacto en los depósitos en dólares

El avance de la implementación del blanqueo ha tenido un impacto notorio en el mercado financiero. Los depósitos en dólares en el sistema bancario argentino alcanzaron casi los USD 30.000 millones a finales de septiembre, cerca del récord nominal de USD 32.500 millones registrado en agosto de 2019, según cifras del Banco Central. Este incremento, que representa un alza de USD 11.326 millones desde mediados de agosto, ha sido impulsado por la expectativa de regularización y la repatriación de capitales, lo que refleja un cambio de tendencia en la actitud de los inversores locales hacia la bancarización y el cumplimiento fiscal.

En un contexto donde la economía argentina enfrenta restricciones externas y desequilibrios fiscales, la capacidad del Estado para identificar y regularizar activos ocultos resulta crucial no solo para aumentar la recaudación, sino también para enviar una señal de estabilidad y transparencia de cara a los mercados internacionales. El éxito de esta política dependerá de la voluntad de los contribuyentes de adherirse al blanqueo y de la capacidad de la AFIP para hacer cumplir las normativas vigentes, en un escenario donde la cooperación internacional se vuelve cada vez más indispensable para combatir la evasión y repatriar capitales no declarados.

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