Un equipo de investigadores españoles ha desenterrado una piedra que podría cambiar nuestra percepción sobre la capacidad artística de los neandertales. El hallazgo, realizado en el yacimiento del Abrigo rocoso de San Lázaro, en España, consiste en una piedra con un punto rojo en el centro que, según los investigadores, fue aplicado intencionalmente con pigmento ocre.

La coautora del estudio, la profesora Marí­a de Andrés-Herrero, de la Universidad Complutense de Madrid, explicó que la piedra fue descubierta en 2022 a metro y medio de profundidad en sedimentos neandertales. "Al principio no podí­amos creer lo que veí­amos", declaró la profesora Andrés-Herrero. "Encontramos una piedra más grande si se comparaba con las otras piedras encontradas en este yacimiento, con un punto rojo justo en el centro, lo que la hace parecer un rostro humano".

Tras contactar a la policí­a cientí­fica española, un análisis exhaustivo confirmó que el punto estaba hecho de ocre y reveló la presencia de una huella dactilar en la piedra. Aunque los investigadores creen que la huella pertenece a un hombre adulto neandertal, el arqueólogo David ílvarez Alonso advierte que es difí­cil confirmarlo con certeza debido a la falta de referencias comparativas.

El equipo considera la piedra como "el único objeto de arte portátil pintado por neandertales". En una rueda de prensa, el funcionario español Gonzalo Santonja destacó que se trata del objeto portátil pintado más antiguo del continente europeo.

La profesora Andrés-Herrero subraya que este hallazgo representa "una importante contribución al debate sobre la capacidad simbólica de los neandertales" y que "es evidente que se trata de un yacimiento neandertal". La experta destaca que la huella dactilar se encontró en un contexto no utilitario, lo que sugiere una intención artí­stica detrás del punto en la piedra.

Los investigadores creen que un neandertal encontró la piedra, "que le llamó la atención por sus fisuras, y dejó su marca intencionadamente con una mancha de pigmento ocre en el centro del objeto", según el profesor Alonso. El hecho de que el pigmento rojo no se encuentre de forma natural en el refugio apoya la teorí­a de que fue traí­do intencionalmente.

En su artí­culo publicado en la revista *Archaeological and Anthropological Sciences*, los investigadores concluyen que "el guijarro del Abrigo rocoso de San Lázaro presenta una serie de caracterí­sticas que lo hacen excepcional, por lo que lo hemos clasificado como un sí­mbolo visual que podrí­a considerarse una pieza de arte móvil en algunos contextos".

Este descubrimiento alimenta el debate en curso sobre las capacidades cognitivas y simbólicas de los neandertales, desafiando la tradicional visión que los considera menos sofisticados que los humanos modernos.