El drama en Bahía Blanca deja al descubierto no solo daños materiales, sino también una serie de riesgos para la salud física y mental de la población afectada.
Las inundaciones representan una de las catástrofes naturales más devastadoras, provocando pérdidas humanas y materiales significativas. Además de los daños visibles, las aguas estancadas y contaminadas se convierten en focos de diversas enfermedades infecciosas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las principales enfermedades que pueden surgir tras una inundación incluyen:
Además de las enfermedades físicas, las inundaciones tienen un profundo impacto en la salud mental de las comunidades afectadas. La pérdida de seres queridos, hogares y medios de subsistencia puede desencadenar trastornos psicológicos como ansiedad, depresión y estrés postraumático. La psicóloga española Julia Vidal, directora clínica de Área Humana, destaca que "las emociones aparecen en todas sus dimensiones. Por supuesto para quienes viven en primera persona la experiencia, pero también para quienes están alrededor o tienen vínculos, incluso para personas que no tienen una relación directa, pero se sienten afectadas y conmovidas al conocer y ver imágenes de la tragedia".
Leé también: Cómo impacta psicológicamente el temporal trágico de Bahía Blanca
Vidal subraya la importancia de reconocer que "estas experiencias conllevan uno o varios duelos. Es fundamental comprender y valorar la dimensión de estos duelos para poder acompañar y apoyar emocionalmente a los afectados". Además, enfatiza que "se va a necesitar tiempo para la elaboración de todo lo que están sintiendo, de todo lo que ha sucedido y de sus consecuencias. Tiempo para aceptar y adaptarse a una nueva -y no fácil- realidad" .
La Psicología de la Emergencia surge como una respuesta a estas situaciones y se define como el estudio del comportamiento humano antes, durante y después de las situaciones de emergencia; es decir, ante situaciones que ocurren inesperadamente. Es necesario aclarar que un evento no es por sí mismo traumático; que lo sea dependerá de condiciones subjetivas y personales del afectado. Por fin, se puede afirmar que algunas situaciones son "traumatogénicas" (potencialmente traumáticas); es decir, que por sus características pueden provocar efectos adversos permanentes en la salud psicofísica de las personas.
Para mitigar estos riesgos, es esencial que las autoridades sanitarias implementen medidas preventivas y de atención psicológica. La sensibilización hacia la autoprotección puede facilitar la internalización de conductas y actitudes preventivas y de protección. Poner énfasis en las capacidades de adaptación y de resolución de problemas que tiene la comunidad, así como en los recursos que les permitirán "cambios y la expresión de solidaridad y ayuda recíproca", es fundamental para que la tranquilidad y la estabilidad retomen poco a poco su lugar y la existencia recupere su sentido.
En el caso específico de Bahía Blanca, es crucial que las autoridades locales y nacionales trabajen en conjunto para brindar apoyo integral a la población afectada, garantizando no solo la reconstrucción de infraestructuras, sino también la atención médica y psicológica necesaria para superar las secuelas de este trágico evento .
La colaboración de la comunidad, la implementación de salud pública y el apoyo psicológico son fundamentales para enfrentar y superar las consecuencias de las inundaciones, asegurando el bienestar integral de medidas de la población afectada .