Algunas acciones fomentan la neuroplasticidad del cerebro y ayudan a estimularla.
Las nuevas tecnologías hacen la vida más fácil, pero a veces nos olvidamos de ejercitar nuestras propias capacidades y esto ocurre con la memoria, una habilidad cognitiva que se va deteriorando con el paso del tiempo, sobre todo si no se pone a prueba. Las aplicaciones de los smartphones que nos ayudan a organizar y recordar todas nuestras tareas hacen que el cerebro no tenga que trabajar, deteriorando la capacidad de recordar, lo que puede hacer que desarrollemos pérdidas de memoria o falta de concentración.
Existe una forma sencilla y divertida de desafiar nuestra memoria: se trata de juegos que requieren un esfuerzo cognitivo constante, algo clave para mantener la agilidad mental y fomentar la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para formar y reorganizar conexiones neuronales a lo largo de la vida.
Los juegos para fortalecer la memoria se convirtieron en uno de los recursos más utilizados para ejercitar el cerebro, aumentar la capacidad de concentración, reducir el estrés y potenciar las habilidades de aprendizaje y la toma de decisiones.
Los crucigramas son uno de los juegos clásicos que logran fortalecer la memoria y activar las funciones cognitivas. Logran no sólo entrenar la mente, sino también potenciar el vocabulario, incrementar la capacidad de atención y concentración y mejorar la velocidad para procesar información. Además, es un juego asociado a la prevención de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer y la demencia, algo que la ciencia respalda con varias investigaciones.
Lee también Cinco ejercicios para fortalecer y potenciar la memoria
Uno de estos estudios, llevado a cabo por Davangere P. Devanand, profesor de psiquiatría y neurología de la Universidad de Columbia, determinó que los crucigramas son mucho más efectivos que otros juegos de memoria y atención, sobre todo en aquellas personas con mayor grado de deterioro. Descubrieron que aquellas personas que realizaban crucigramas diariamente gestionaban más eficientemente sus tareas diarias y recordaban mejor las citas o eventos importantes.
Lo más sorprendente es que el resultado también pudo verse físicamente. La reducción del cerebro era mucho menor en estas personas que entre quienes no realizaban estos juegos. Concretamente, entre un 1 y un 0,5 % menos. Además, otra investigación realizada en 2011 concluyó que el impacto de los crucigramas en el cerebro podría retrasar el deterioro de la memoria hasta dos años y medio.