Un clásico auto argentino es el Ford Escort, producido entre 1985 y 2003 en la planta de Pacheco, Buenos Aires, con más de 300.000 unidades fabricadas. Este modelo rompió con la tradición norteamericana de Ford en el país y se convirtió en un símbolo de diseño europeo adaptado a la realidad local.

En Argentina se ensamblaron dos generaciones completas: la cuarta, entre 1985 y 1992, y la sexta, de 1992 a 2003, incluyendo la versión sedán conocida como Orion. Esto permitió ofrecer a los conductores distintas opciones según sus necesidades y gustos, consolidando al Escort como un auto versátil dentro del mercado nacional.

Uno de los modelos más recordados es el XR3, con motores 1.8 y 2.0, techo solar y alerón trasero. Este deportivo se transformó en un verdadero ícono de los años '90, especialmente entre los jóvenes, y sigue siendo considerado un auto de culto por los coleccionistas.

En términos de seguridad, el Escort también se destacó: fue uno de los primeros autos de su segmento en incorporar airbags y frenos ABS, adelantándose a la competencia y demostrando que un auto accesible podía ofrecer innovación y protección para sus ocupantes.

Además, el Escort se presentó en múltiples estilos de carrocería: hatchback de tres y cinco puertas, sedán, rural e incluso un convertible XR3, lo que permitió que familias, aficionados y coleccionistas pudieran encontrar una versión acorde a sus necesidades y preferencias.

A más de 20 años del final de su producción, el Ford Escort argentino sigue vigente en la memoria de los conductores y fanáticos de los autos. Su legado combina historia, diseño y pasión por los vehículos, consolidándose como un referente de la cultura automotriz nacional.

Fiat 500 F, de 1970

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