Que pasa cuando nos enfrentamos a la complejidad, la incertidumbre y la aleatoriedad.
Esta mañana mientras desayunaba y leía las noticias del Covid 19 en todo el mundo, me preguntaba: ¿Esto no se podría haber evitado?. Y luego de sucedido, ¿Qué otras medidas más eficientes se podrían haber tomado?.
En eso vino a mi mente la obra del profesor y ex-operador bursátil Nassim Nicholas Taleb titulada “El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable”, quién se define a sí mismo como “empirista escéptico”.
Este es uno de esos pocos libros que una vez leídos te sientes en la obligación moral de recomendar. La obra de Nassim Taleb viene a descubrir los errores en los procesos de razonamiento cuando los humanos nos enfrentamos a la complejidad, la incertidumbre y la aleatoriedad.
De ahí la metáfora del cisne negro: si nos pasamos toda la vida en el hemisferio norte pensaremos que todos los cisnes son blancos, sin embargo en Australia existen cisnes negros. Y es que un cisne negro nos parece algo imposible debido a nuestra reducida experiencia: un suceso altamente improbable.
¿Qué es entonces un “cisne negro” según Taleb?. El profesor Taleb lo define como un hecho fortuito que satisface estas tres propiedades: gran repercusión, probabilidades imposibles de calcular y efecto sorpresa.
Como es el caso del Covid 19, en primer lugar, su incidencia produjo un efecto desproporcionadamente grande. En segundo lugar, tuvo una pequeña probabilidad pero imposible de calcular en base a la información disponible antes de ser percibido el hecho.
En tercer lugar, la gran propiedad nociva del “cisne negro” en este caso el Covid 19 es su efecto sorpresa: en un momento dado de la observación no hay ningún elemento convincente que indique que el evento vaya a ser más probable. Los seres humanos vivimos con la ilusión del orden, creyendo que la planificación y la previsión son posibles. Nos perturba tanto lo aleatorio que creamos disciplinas que intentan dar sentido al pasado, pero en última instancia, no conseguimos entenderlo, al igual que solemos fallar prediciendo el futuro.
Lejos de ofrecer recetas matemáticas para calcular la probabilidad de los sucesos raros (cisnes negros) para protegernos frente a la incertidumbre, lo que nos aporta el profesor Taleb es una dosis de sentido común: nunca llegaremos a conocer lo desconocido ya que, por definición, es desconocido. Sin embargo, siempre podemos imaginar cómo podría afectarnos.
Es decir, las probabilidades de los cisnes negros no son computables, pero sí podemos tener una idea clara de sus consecuencias. Para tomar una decisión tenemos que centrarnos en las consecuencias (que podemos conocer) más que en la probabilidad. Estar preparado ante la aparición de los cisnes negros es más importante que dedicarle tiempo a calcular su ocurrencia.
Resumiendo: para que no nos ocurra otro Covid 19, hay que estar preparados para lo inesperado, que sí podemos imaginar, pero sin preocuparnos de cuándo ocurrirá.
Alfredo Diez. Consultor en Gestión del Talento, Conferenciante y Escritor. Instagram: alfredo10coach Whatsapp. 261 3023321