Analistas La columna de Antonio Ginart

"Fentanilo: la impunidad que mata"

Miercoles, 13 de Agosto de 2025

En este país hemos llorado muchas tragedias. y en la mayoría de ellas, tarde o temprano, los responsables terminaron pagando. Pasó con Cromañón, con Once, con la tragedia de Ecos, con la explosión de la escuela en Moreno. Podrá discutirse si las condenas fueron justas o si se quedaron cortas, pero al menos hubo algo: culpables identificados, juicios, sentencias.

Ahora, explíquenme cómo puede ser que en la causa del fentanilo contaminado -que ya se llevó casi 100 vidas- no haya ni un solo detenido. Sí, escuchaste bien: casi cien muertos. Y todos por haber recibido dosis de un medicamento fabricado en el Laboratorio HLB Pharma, que estaba bajo la dirección de un personaje más que polémico: García Furfaro.

Este señor no solo sigue libre como si nada, sino que hasta se lo vio en un video insultando a jueces y funcionarios judiciales, como si se creyera dueño del sistema. Y la pregunta es inevitable: ¿está incidiendo en la investigación? Porque da la sensación de que sí. Nadie lo toca, nadie lo allana, nadie lo sienta en el banquillo.

Y no estamos hablando de un "accidente aislado". No, no. García Furfaro ya fue señalado en otras estafas millonarias con distintas empresas de su órbita. No es un empresario intachable que de repente tuvo mala suerte: es un reincidente, un tipo que juega al límite -o directamente por fuera- de la ley.

Mientras tanto, las familias de las víctimas no encuentran consuelo ni justicia. Les arrebataron a padres, madres, hijos, hermanos. y los que tendrían que estar rindiendo cuentas siguen tomando café en su oficina o brindando en algún restaurante caro.

Y acá la Justicia es la que está mirando para otro lado. Porque no se trata solo de jueces que duermen el expediente: en el Congreso, legisladores kirchneristas se levantan de las sesiones o directamente se niegan a conformar la comisión investigadora que debería empujar este caso. Y son los mismos que, durante el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández, hicieron acuerdos para la inserción y producción de vacunas rusas en Argentina, con contratos llenos de cláusulas secretas que nunca quisieron transparentar.

Lo más indignante es que el mensaje que deja este caso es terrible: en Argentina, podés estar al frente de un laboratorio que produce ampollas contaminadas con fentanilo, podés matar a casi cien personas, podés tener antecedentes turbios y videos donde insultás a la Justicia. y, aún así, dormir tranquilo en tu casa.

Si esto no es impunidad, ¿qué es? Porque acá no estamos hablando de teorías ni de rumores. Estamos hablando de muertes concretas, de familias destruidas y de una Justicia que parece más preocupada por proteger a ciertos nombres que por encontrar la verdad. Si en Cromañón, Once y tantas otras tragedias se pudieron identificar y condenar responsables, ¿por qué en este caso todavía estamos mirando el calendario esperando una respuesta?

La justicia que llega tarde ya es injusta. Pero la justicia que no llega nunca. es simplemente complicidad.