Por qué parece inevitable el paso al costado del último miembro de la Corte Suprema. La campaña electoral porteña podría derivar en el primer cambio en las sociedades políticas.
La posible renuncia de Manuel García-Mansilla a la Corte Suprema podría culminar una etapa que comenzó con el pedido de juicio político que el kirchnerismo corporizó en noviembre del 2023, a pocos días de la asunción de Javier Milei, al conseguir el dictamen acusatorio contra Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda.
Era el corolario del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, de un proceso que comenzó luego que la ex presidenta fuera condenada a 6 años de prisión en la causa Vialidad y que la Corte hiciera lugar a un reclamo de la Ciudad por la quita de la coparticipación decidida por el entonces gobierno K.
Desde aquél entonces hasta hoy, y a pocas horas de que el Senado -con el apoyo del kirchnerismo, un sector del PRO y otro de la UCR- volteara los pliegos de Ariel Lijo y García-Mansilla, podría decirse que la Corte bajo el ala de Rosatti,terminó fortalecida. Pese a la frustrada jugada de Lorenzetti de incluir a Lijo y García-Mansilla para volver a tener la presidencia del tribunal. Y por la improvisación en algunos de los movimientos del Ejecutivo.
Es la lectura que se refleja en buena parte de las conversaciones de los grupos chats que albergan a miembros del amplio Poder Judicial. Consideran que el Tribunal resistió a las designaciones en comisión de Milei y a la insistencia del Gobierno. También hay coincidencia acerca de "un nuevo sistema judicial", lejos de aquélla lógica de los "90, y también de buena parte de la década siguiente, en la que Comodoro Py era el brazo ejecutor del poder político que se terminaba devorando al cuerpo de ese poder político. Podría decirse que es más horizontal.
Por eso, dicen, podría ser un nuevo error como lo fue el de postular a Lijo sin tener cerrado un acuerdo y los votos necesarios para su aprobación, recurrir a un per saltum contra la decisión del juez Alejo Ramos Padilla de ordenar a García-Mansilla abstenerse de actuar como miembro de la Corte.
¿Lo resolverá en forma inmediata? Suena difícil. El tribunal todavía tiene en espera un per saltum de la Red Mujeres para la Justicia de agosto del año pasado, ocho meses, contra la nominación de dos varones por parte del Gobierno para integrar la Corte, sin cumplir con la designación de mujeres.
Por las dudas, en los pasillos del Palacio de Tribunales deslizan que García-Mansilla ya no recibe ningún expediente. La suerte tampoco lo acompaña. Acaba de cobrar el proporcional del sueldo como ministro de la Corte Suprema pero le descontaron el impuesto a las ganancias. Ocurre que, a diferencia de los otros integrantes, el académico ingresó este año, o sea después del 2017 cuando el gobierno de Mauricio Macri logró que "los nuevos jueces" pagaran ese gravamen.
Son varios los funcionarios judiciales que trazan un paralelo entre el oficialismo actual y el kirchnerismo, al señalar que "son lo mismo" porque recurren a la judicialización de la política. No todos están de acuerdo. Aunque lo que sí los une es el reclamo de fondos al Poder Ejecutivo que viene sosteniendo el Tribunal.
Son varios los miles de millones que la Corte le lleva prestado al Consejo de la Magistratura, que se ocupa de sueldos y los gastos del funcionamiento de la Justicia. De hecho en setiembre del 2025, el Gobierno recortó lo fondos para la Justicia. El Poder Judicial había pedido $2.593 billones y el Ejecutivo le concedió un 32% menos, $1760 billones.
Un fiscal marplatense acaba de reclamarle al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y al jefe de los fiscales, Eduardo Casal, el incumplimiento en el envío de fondos ¿Será ese, junto al 30% de vacantes en el Poder Judicial y el 40% de los fiscales, el próximo conflicto entre el Gobierno de Milei y la Corte?
El fin de la sociedad
El fracaso en los pliegos, los efectos del escándalo por la crypto LIBRA, la demora en el acuerdo con el FMI y la fallida foto con Donald Trump en Miami, más la incertidumbre global y local que impacta en las acciones, el riesgo país y el dólar, se han convertido en la mochila con la que el oficialismo debe cargar, en el inicio de la campaña electoral en un distrito clave como la Ciudad de Buenos Aires.
Por primera vez desde la llegada de Milei a la Casa Rosada, Mauricio Macri ha decidido salir a confrontar en serio con Javier Milei para sostener la hegemonía de dieciocho años que el PRO ha tenido en la Ciudad, que lo eyectó a la presidencia hace una década, pero también para lograr la supervivencia del partido amarillo para que no sea devorado por los libertarios.
Si bien Macri mantenía algunas críticas al triángulo de hierro, solo nombraba en sus cuestionamientos al asesor Santiago Caputo pero siempre resguardaba al Presidente. Esta vez, aunque volvió a separar al mandatario, atacó al corazón de esa reducida estructura de poder. Apuntó contra la "obsesión" de Karina Milei de "ir por el PRO" en la Ciudad y por su negativa de armar una alianza entre macristas y libertarios. Macri fue contra "El Jefe", de Javier Milei.
El poder de Karina en el Gobierno es indiscutible, además de ser la presidente y armadora nacional de La Libertad Avanza. Es vox populi que los funcionarios, legisladores o gobernadores que han alimentado una relación con la secretaria General de la Presidencia y que han obtenido su aceptación, gozan de una mejor predisposición del Gobierno que aquéllos que eligieron vincularse directamente a través del propio Milei. Lo admite un mandatario provincial, jactándose del diálogo con la hermana del Presidente y diferenciándose de algunos de sus colegas que prefirieron acercarse al libertario.
Una de las dudas que estremece a la política es cómo quedará la relación Macri-Milei luego de la elección porteña. Más aún, cómo será ese vínculo a fin de año, cuando hayan pasado las elecciones legislativas y el mapa político se haya reconfigurado.
La campaña porteña refleja que los Macri salieron a matar o morir. Observar a Mauricio Macri, junto con el jefe de gobierno porteño, María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato recorrer casi a diario distintos barrios, da la dimensión de lo que está en juego para el ex presidente.
Mientras el PRO aborda una campaña local, los libertarios buscan nacionalizarla. Aunque no siempre las herramientas elegidas por el mileísmo parecen ser las más efectivas. La motosierra y el discurso anti Estado podría tener un efecto bumerang para los porteños. Al igual que cuando su principal candidato, Manuel Adorni, asegura que la Ciudad lo que necesita es que "no se respire comunismo". Todavía falta mucho camino por recorrer.
El Presidente sabe que salir a responderle a Macri, utilizando su habitual verborragia de guerra en tándem con el ejército en "X" comandado por el Gordo Dan, equivaldría automáticamente a la ruptura con el PRO, que lo ha acompañado para mantener en pie los vetos presidenciales, entre otros debates legislativos. En algunos de los despachos de la Rosada consideran que el momento para ese ataque será después de la elección nacional de octubre, no antes. El interrogante es si hay Plan B en el Gobierno, en caso de que los resultados no sean los esperados.
El martes se confirmará si el agrupamiento de diferentes sectores de la oposición logra la aprobación de la creación de una comisión investigadora. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se presentará en dos semanas en el recinto para ser interpelado.