Empezaron a afilar los cuchillos, para ver si se lo podían "comer" (para volver al poder) montados en la percepción de desorden público, pero "el animal" había "despertado"
Antes de contar lo que se viene, hagamos un breve repaso. Lo podríamos titular: "Aventuras en la jungla de la Argentina del quilombo".
Como se sabe, hace unos días, los "depredadores" Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof olieron sangre. La "sangre" de las heridas políticas de Javier Milei, por lo errores cometidos desde el Foro de Davos en adelante. Entonces empezaron a acechar a "la presa". Lo hicieron a través de sus viejos y desprestigiados franquiciados: ciertos intendentes del conurbano, "barras" tercerizados y cachivaches de todo pelaje, como Juan Grabois, Guillermo Moreno, Eduardo Belliboni y Luis D"Elía.
Sin embargo, en cuanto empezaron a afilar los cuchillos, para ver si se lo podían "comer" (para volver al poder) montados en la percepción de desorden público, se dieron cuenta de que "el animal" estaba vivo. Y que había "despertado". Fue un enorme paso en falso de "los orcos", como una vez los denominó el expresidente Mauricio Macri.
Es más. Todavía siguen tratando de controlar el daño que semejante falta de timing, en esta nueva incursión cuasi golpista, les hizo a su abollada imagen. En especial, a la de la "jefa de la banda", quien en las últimas horas recibió dos fuertes golpes institucionales, y otros dos fuertes golpes políticos.
El primero de los institucionales: la decisión de la Cámara de Casación de considerarla una criminal que le robó al Estado, y confirmar la condena a seis años de prisión, con inhabilitación para ejercer cargos públicos; dictamen que confirmaría la Corte, antes o después del próximo 18 de agosto, día del cierre de las listas de diputados.
El segundo: la prohibición de ingresar a los Estados Unidos, por ser considerada, junto a sus hijos Máximo y Florencia, y su ex superministro, Julio De Vido, una organización criminal. Y por haber manipulado dinero negro del Estado argentino, y dólares, que no declararon como corresponde.
Entre los hechos de corrupción que desde los Estados Unidos se les atribuye a los Kirchner se mencionan:
Por otra parte, el primero de los dos fuertes golpes políticos que recibió Cristina era previsible: los diputados peronistas que responden a gobernadores peronistas como el de Córdoba, Martín Llaryora, y el de Catamarca, Omar Jalil, desconocieron, una vez más, su autoridad como presidenta del PJ y votaron a favor del DNU para el acuerdo con el Fondo.
Pero al segundo no lo vio venir: un grupo de cuatro senadores nacionales peronistas decidió salir del bloque de Unión por la Patria, que encabeza José Mayans. Son Fernando Salino, de San Luis; Carolina Moisés, de Jujuy; Guillermo Andrada, de Catamarca; y Fernando Rejal, de La Rioja.
Frente a semejante panorama, Cristina, ayer, en Ciencias Sociales de la UBA, no se pudo contener. Y sangró por la herida. Primero criticó a los peronistas que, según ella, le dieron un cheque en blanco al gobierno. Y enseguida atribuyó a Milei un poder que no tiene, al descontar que la prohibición de volver a visitar Disney Word la había pedido el presidente argentino, aprovechando su buena relación con Donald Trump.
El otro gran abollado, sin lugar a dudas, fue Massa. Porque ni siquiera sus medios amigos pudieron neutralizar la indignación que atravesó a la mayor parte de la sociedad su coreográfica reaparición del sábado pasado, reclamando límites para Milei, sin siquiera esbozar una tibia disculpa, por el desastre que nos dejó a los argentinos.
Lo de Kicillof ni siquiera vale la pena desmenuzarlo en detalle. Solo mencionar, para que conste en actas, que si no le pone un límite ahora mismo a "las fieras" que responden Cristina Kirchner y Sergio Massa, se lo van a comer crudo, más temprano que tarde.
Así quedó en evidencia, el jueves pasado, cuando no llegó al número para imponer, en la Legislatura, su intención de separar la elección provincial de la nacional, con el fin de evitar que Milei le propine una derrota de proporciones bíblicas.
Mejor sería que se ocupara del grave problema que tiene con la inseguridad, más allá de la tara ideológica que le impide enfrentarla. Y ahora sí, miremos para adelante.
Aunque para afuera se muestra, como siempre, super optimista, es consciente de que acaba de atravesar una zona de turbulencia de la que logró salir con mucha dificultad. En la intimidad, el presidente admite que su imagen positiva bajó, pero lo considera "normal", no una tendencia que se prolongará en el tiempo.
También encuentra alentador que, después de la serie de errores no forzados, e incluso luego del pasado miércoles 12 de marzo de "descontrol" su negativa se haya reducido un punto y medio. Y que otro punto y medio haya ido a aumentar su imagen positiva.
Además, sigue con atención las encuestas de la consultora Isasi Burdman. En la última aparece la evolución de su imagen de enero a marzo. Se puede ver una caída de la positiva de 4 puntos, y una suba de la negativa del mismo porcentaje.
El trabajo también incluye lo que la consultora denomina como el tridente corrupción, seguridad y pobreza, como los temas de más preocupación.
Y mide la intención de votos para diputados nacionales, en donde la Libertad avanza alcanza un 35 por ciento, el peronismo un 20 y el Pro un 10 por ciento.
El presidente presta especial atención a los buenos números sobre confianza económica. Y en este dato basa su optimismo.
Por eso intenta pisar sobre seguro. Y quiere darle manija a los asuntos donde su imagen más crece y sus votos se acumulan: el orden público y el orden macroeconómico, que incluye la estabilidad del dólar y la baja de la inflación.
Sus últimos posteos en X, donde ya alcanzó los 3.8 millones de seguidores, son una evidencia digital de lo que acabamos de anticipar. Porque sin dejar de identificar a quienes considera sus enemigos, le sigue "hablando" a sus votantes de la segunda vuelta. Los que le permitieron transformarse en presidente en noviembre de 2023.
Veamos: Sigue manteniendo el tuit fijado en el que ataca a Clarín. De hecho, en las últimas horas, el gobierno comunicó que suspendió preventivamente la venta de Telefónica al Grupo Clarín.
Se acaba de mostrar con los granaderos, junto al ministro de Defensa, Luis Petri.
Le da RT a un video del exarquero de Boca, el Pato Abbondanzieri bancando su política:
También sube un dibujito de Nik, en el que se hace alusión a la prohibición para Cristina Kirchner de ingresar a los Estados Unidos. Además repostea un informe del JP Morgan en el que se pronostica una fuerte recuperación de la economía argentina para 2025.
Y publica otro donde aparece una Cybertruck de Tesla en la zona de Puerto Madero.
Aparentemente, sí. Después del escándalo del criptogate, ya no recibe a nadie si no pasa antes por un doble o triple filtro. Se está involucrando un poco más en la estrategia política para las elecciones de octubre. En los próximos días recibirá un informe del estado de situación, distrito por distrito.
Sigue enojado con el jefe de gobierno de la Ciudad, porque considera una declaración de guerra el desdoblamiento de las elecciones en la Ciudad. Pero trabaja en un nuevo encuentro con el expresidente Macri, para empezar a tejer un acuerdo con el Pro, en la provincia de Buenos y en todos los distritos donde sea posible.
¿Terminará Milei contradiciendo los deseos de su hermana, Karina Milei, y su asesor, Santiago Caputo, y bendecirá una alianza con los amarillos, para terminar de finiquitar al kirchnerismo? Todavía no lo sabemos. Porque su principal y más urgente preocupación sigue siendo el dólar, el acuerdo con el Fondo y la salida del cepo.
El mes pasado le dijo a Esteban Trebucq que el primero de enero de 2026 el cepo cambiario dejará de existir. Pero, ahora, cuando le preguntan, en la intimidad, cuando y como sucederá, y si aún después del préstamo con el Fondo se va a mantener el sistema de devaluación del uno por ciento por mes, responde: "Todo depende del monto inicial del préstamo. Cuánto más grande sea el desembolso inicial mayores serán las chances de que el tipo de cambio flote".