Mientras ellos se enredan en estas maniobras de desgaste o golpistas, el gobierno sigue avanzando y mostrando resultados en la economía.
La estrategia de la oposición ya no es sorpresa para nadie: si el gobierno de Milei avanza, ellos buscan frenarlo. Cada iniciativa que el presidente manda al Congreso se topa con una resistencia férrea, como vimos en la última sesión en Diputados, donde intentaron tratar la modificación de la ley de DNU y, sobre todo, frenar el decreto 846. Este decreto, que permite al Ejecutivo realizar un canje de deuda sin pasar por el Congreso, generó una gran resistencia entre los bloques opositores. Pero el intento les salió mal; ni siquiera lograron el quórum para abrir la sesión. A la hora de la verdad, la oposición quedó en evidencia: mucho ruido, pero poca efectividad. Pero la finalidad era dar un duro golpe al gobierno, sí, golpe en todo el significado de esa palabra para los argentinos.
Mientras ellos se enredan en estas maniobras de desgaste o golpistas, el gobierno sigue avanzando y mostrando resultados en la economía. El dato de inflación de octubre fue del 2,7%, el más bajo desde 2021, y por segundo mes consecutivo, el aumento de los salarios superó al de los precios. En septiembre, los salarios registrados subieron un 3,8%, y si incluimos a los no registrados, la suba alcanzó el 4,7%. Esto, junto con la desaceleración de la inflación, está empezando a impulsar una leve recuperación del poder adquisitivo, algo que los argentinos necesitan desesperadamente.
Además, los mercados están respondiendo de manera positiva. El riesgo país sigue bajando y las inversiones en activos argentinos están en alza, lo cual es señal de una renovada confianza en el rumbo que el gobierno está tomando. Milei incluso proyectó que, si la economía sigue en este camino, en cinco meses podríamos estar saliendo del cepo cambiario. Eso, en un país que hace apenas un año estaba al borde de la asfixia financiera, es un avance que muchos veían imposible.
Pero nada de esto parece importarle a la oposición, que sigue enfocados en frenar, criticar y obstruir. En lugar de sentarse a dialogar y colaborar en las soluciones, han elegido la postura de bloquear cualquier medida que impulse el Ejecutivo. ¿Es que realmente están tan preocupados por los efectos de estos decretos o les preocupa más perder su discurso crítico?
La realidad es que el país no puede seguir atado a una oposición que parece más interesada en sus propios intereses políticos que en el bienestar de los argentinos. Si realmente quieren hacer política constructiva, deberían aportar soluciones, no simplemente oponerse por oponerse. Porque mientras ellos se dedican a obstaculizar, el gobierno sigue adelante, y el país, aunque lentamente, empieza a mostrar signos de recuperación.