Analistas La columna de Antonio Ginart

2025: Apuestas y Desafíos Libertarios

Lunes, 21 de Octubre de 2024

El 2025 pinta ser un año bisagra para la Argentina, no solo por ser electoral, sino porque las decisiones que se tomen en el corto plazo definirán el rumbo político y económico del país. En la cima del poder libertario, la ansiedad se mezcla con optimismo y paranoia, como refleja el propio Javier Milei al hablar de una "oleada de dólares" que viene en camino, mientras denuncia supuestas conspiraciones en su contra. Este tipo de declaraciones, aunque pueden sonar desmedidas, revelan un contexto más profundo: el gobierno ya implementó buena parte de su programa económico y ahora enfrenta una "tensa calma". Falta que lleguen los resultados y ahí es donde empieza el desafío real.

El ajuste fiscal, una medida poco común en años electorales, será la carta de presentación del gobierno para las elecciones de 2025. Romper con la lógica del "bolsillo lleno" durante un año de elecciones puede jugar a favor del oficialismo si logra mostrar signos de estabilidad económica. Sin embargo, las restricciones cambiarias siguen siendo un obstáculo clave. La promesa de eliminar el cepo es ambiciosa, pero hasta que no se concrete, las inversiones seguirán tímidas y la actividad económica limitada.

En este escenario, la pregunta que más resuena en los pasillos del poder libertario es si todo saldrá tan bien y tan rápido como se espera. Los economistas, divididos entre los que apoyan a Milei y los que no, debaten sobre si será necesario un ajuste cambiario más brusco o si bastará con la estrategia gradual que propone el presidente. Domingo Cavallo, por ejemplo, sostiene que sin una devaluación previa, será difícil alcanzar el equilibrio entre los tipos de cambio. Mientras tanto, el peso sigue apreciándose, dejando a la Argentina con precios de primer mundo y sueldos de tercer mundo.

El futuro político del oficialismo no solo depende de la economía, sino también de cómo se maneje el tablero electoral. En 2025, Milei no solo enfrentará a sus opositores tradicionales, sino también al PRO, con quienes mantiene una relación de desconfianza mutua. La posibilidad de listas separadas y una competencia directa en bastiones clave como la Ciudad de Buenos Aires tensiona aún más el panorama. Jorge Macri, por ejemplo, ya evalúa la posibilidad de desdoblar las elecciones locales para marcar distancias con el gobierno nacional.

Por otro lado, la crisis del kirchnerismo es un factor que el libertarismo sigue de cerca. Las divisiones internas entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof pueden ser una ventaja para Milei, que busca fragmentar aún más al peronismo, especialmente en la provincia de Buenos Aires, un distrito clave para las aspiraciones electorales.

El 2025 será un año electoral atípico, marcado por la incertidumbre económica y las tensiones políticas. Milei apuesta a mantener el rumbo sin ceder ante las encuestas, pero el tiempo dirá si las decisiones tomadas hasta ahora le alcanzarán para consolidar su proyecto o si las urnas revelarán un escenario más complicado de lo esperado.