Analistas La columna de Antonio Ginart

Primero Cristina, después la Patria

Martes, 15 de Octubre de 2024

Otra vez, Cristina Fernández de Kirchner vuelve al ruedo, esta vez con la lista "Primero La Patria" para disputar la conducción del Partido Justicialista. La verdad, no sorprende. Es la misma película de siempre: el kirchnerismo tomando el control del PJ como si se tratara de una empresa que cambia de nombre para evitar responsabilidades. Desde hace años, el kirchnerismo se apoderó del peronismo como si fuera su franquicia privada, pero ahora lo disfrazan de "patriotismo". La palabra "Patria", siempre presente, como si al invocarla pudieran lavar las culpas de años de corrupción, desmanejos económicos y autoritarismo que este espacio ha cargado a la Argentina.

Que quede claro: Cristina y su entorno no representan a la Patria, representan a un proyecto de poder que ha llevado al país a la decadencia. Ahora se postula para presidir el PJ, un partido que solía ser la voz del pueblo trabajador, pero que bajo su mando se transformó en una maquinaria de propaganda personal. ¿Cómo lo hacen? Cambiando de nombres y de caras, como esas empresas que modifican su razón social para evadir controles. Hoy, "Primero La Patria". Ayer, "Frente para la Victoria". Mañana, quién sabe qué nombre se inventarán. Lo único que no cambia es su fórmula: desastres y retroceso para el país, todo en nombre de una "unidad" que, según ellos, es la salvación.

Ahora bien, ¿qué nos ofrece esta nueva aventura de CFK? Aparentemente, competir con Ricardo Quintela, el gobernador de La Rioja, por la interna del PJ el próximo 17 de noviembre. Pero, seamos sinceros, ¿realmente hay competencia? La Cámpora y su "operativo clamor" ya se encargaron de armar el escenario para que Cristina sea la estrella del show. Quintela, por más buenas intenciones que tenga, parece más una figura decorativa que un verdadero adversario. Todo huele a una jugada armada para que ella vuelva a sentarse en la cabecera del partido y continúe con su estrategia de victimización y manipulación.

La pregunta es: ¿hasta cuándo va a seguir este ciclo? ¿Hasta cuándo el peronismo va a permitir que el kirchnerismo siga tomando el control como si fuera su juguete personal? Cristina puede cambiar los nombres de sus listas, puede usar los colores patrios y armar discursos emotivos, pero la realidad es que su tiempo ya pasó. La Argentina necesita algo más que nostalgia y slogans. Necesita un peronismo que vuelva a las raíces, que escuche al pueblo, no a los intereses de una persona y su círculo de poder.